"Estos dos grandes descubrimientos: la concepción materialista de la historia y la revelación del secreto de la producción capitalista, mediante la plusvalía, se los debemos a Marx. Gracias a ellos, el socialismo se convierte en una ciencia, que sólo nos queda por desarrollar en todos sus detalles y concatenaciones." Federico Engels, Del Socialismo Utópico al Socialismo Científico.

26.8.09

Sobre la caída del "Socialismo Real"

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Las negrillas, un paréntesis y la separación de algunos párrafos son nuestros para efectos de estudio.

Recibí este artículo por correo electrónico y lo reproduzco por la importancia que tienen los temas tratados para el futuro de la humanidad, dicho sea sin ampulosidades. El fracaso de los intentos de construir sociedades socialistas cierra perpespectivas a la humanidad, de ahí que la discusión de la temática de errores y aciertos en la construcción del socialismo sea de gran importancia aún cuando las aportaciones sean modestas.

El trabajo de Serguei Batchikov no es un análisis económico político modesto, es un estudio de los más agudos y documentados. Nosotros compartimos muchos criterios, aún cuando tenemos matices que consideramos de importancia en la interpretación, que ya hemos expuesto en otros artículos. Y en aras de continuar con nuestras modestas reflexiones, pero para nosotros centrales, exponemos algunos de nuestros puntos de vista.

1. La caída de la URSS, nos parece no se debió a falta de conciencia generacional, ni fué producto esencialmente, de la creación de una cultura consumista y corrompida. Estas son expresiones, reflejos de cambios en la base económica. En esta dirección Marx sigue teniendo razón: todas las sociedades, incluyendo la socialista tienen como base de su conciencia y cultura, la economía, los intereses materiales.

2. Los economistas aprendemos que el trabajo que genera riqueza, constituida por bienes materiales es trabajo productivo y el resto es trabajo improductivo. De aquí se desprende una reflexión muy importante para la construcción del socialismo: el trabajo político, partidario, con todo y ser determinante, exponencialmente importante para lograr la justicia económica económica y social, es un trabajo improductivo.

3. Si el trabajo político se convierte en un elemento central para enriquecerse o para adquirir un mejor status económico se posibilita que el trabajo improductivo succione trabajo productivo, retrase el desarrollo de las fuerzas productivas y ensanche la burocracia política y partidaria. Todo esto degenera en desviaciones del principio de la construcción del socialismo: "a cada quien según su trabajo a cada cual según su capacidad".

4. Yo no opongo el "tener" cosas como una fuerza inductora del comportamiento del ser humano, a la actitud de "crear y construir", no veo la oposición que destaca Batchikov. Solamente se oponen si "tener" significa "explotar", "parasitar" sin "crear" ni "construir". En la medida en que los explotadores y los parásitos se impongan a los creadores y constructores, en esa medida la sociedad se aleja del socialismo y profundiza el capitalismo y la degradación. Por ello esforzarse por fundamentar el comportamiento social de retirar del producto social lo que corresponde al ser creador y constructor, y luchar contra el parasitismo social y la explotación es un deber del ser humano de la nueva sociedad.

El trabajo de Serguei Batchikov no es un análisis económico político modesto, es un estudio de los más agudos y documentados. Impresionantes los gráficos, y por ello hubiera sido necesario poner las referencias de las fuentes de información, aún en ruso.

A continuación al artículo de Batchikov.

Serguei Batchikov (Federación Rusa)

De la crisis general del sistema capitalista hacia una nueva configuración del mundo

En otra oportunidad afirmé que la destrucción de la Unión Soviética era imprescindible al capital mundial pues ella representaba una alternativa a la globalización actual, servía de modelo y embrión de otro Orden Mundial –fundamentado en la colaboración y la solidaridad y no en la competencia y la explotación.

Hoy en día para todos los países y culturas, que no forman parte de la “metrópolis” del Orden Mundial supuesta en el proyecto de la globalización, es importante comprender qué fue lo que sucedió en la antigua URSS en las últimas dos décadas, y sacar las enseñanzas de la experiencia de la derrota del socialismo allí. Esta experiencia aportó un conocimiento cuyo alto precio (fué y es) el sufrimiento de decenas de millones de personas y debe ser tomado en cuenta para evitar nuevos sufrimientos a miles de millones de personas.

En aquella oportunidad me preguntaron: ¿por qué cayó el régimen soviético?

De esta pregunta general se derivan otras más concretas:

¿Cómo pudo suceder que un pueblo, nacido y formado en condiciones de socialismo, vencedor en la guerra contra el fascismo, creyó en la elemental propaganda burguesa y sumisamente entregó las grandes conquistas sociales?

¿Por qué el proyecto soviético perdió la hegemonía cultural?

¿Por qué una gran masa de soviéticos perdió los instrumentos de memoria colectiva, la prudencia y la prevención?

¿Por qué la mayoría de la clase educada de la sociedad soviética apoyó la idea de incluirse en la periferia del capitalismo en condiciones desventajosas, en contra de los intereses nacionales e incluso en contra de los intereses sociales de la misma intelectualidad?

¿Fue esto un resultado de un defecto específico de la cultura rusa y soviética o refleja un punto débil de la racionalidad de la Ilustración, sobre la cuál se sustentaba el proyecto soviético?

En aquel momento, sobre todo por limitaciones de tiempo, era imposible dar respuestas exhaustivas. ¿Quisiera entonces retomarlas aquí, para luego referirme a la pregunta: con qué proyecto de Orden Mundial se vislumbra el futuro?

Las debilidades fundamentales que determinaron la derrota del proyecto soviético en la guerra de las palabras y de los símbolos no fueron entendidas en las décadas del 60 y 80, solo ahora comienzan a ser consideradas correctamente.

La concepción del mundo arraigada en la mente de las personas resultó ser mucho más flexible de lo esperado. Ella cambiaba no bajo el efecto de la existencia socialista, sino bajo la presión de los medios de formación de la imagen de la realidad, incluidos los de manipulación.

El Estado soviético no se preocupó con la modernización y la actualización de la hegemonía cultural del régimen social y político.

Esta hegemonía se mantuvo, durante mucho tiempo, en modo de auto-reproducción, ya que cuatro generaciones de soviéticos habían vivido los desastres sociales y este recuerdo fue la defensa psicológica contra las tentaciones del capitalismo.

En los años 70, como resultado de la urbanización, se debilitó la anterior base ética del régimen soviético (“comunismo campesino”). Vino una nueva generación que no había experimentado los sufrimientos sociales masivos, ni siquiera los había visto. El pueblo perdió la memoria colectiva sobre esto. Surgió por primera vez en la historia, una sociedad saciada. Sobre como se iba a comportar tal sociedad no lo podía predecir ni la intuición, ni la experiencia de los viejos, ni siquiera las ciencias sociales soviéticas que no estaban preparadas para esto.

Resulta, que los principales peligros que asechan al socialismo no están en los momentos difíciles y de carencias, sino cuando la sociedad satisfecha pierde la memoria colectiva sobre estas dificultades. El conocimiento abstracto sobre ellas no funciona, las defensas contra las tentaciones, desaparecen rápidamente.

He aquí, una lección para todas las fuerzas de izquierda: cualquier régimen socialista debe, ante un cambio generacional, renovar su discurso y sus métodos de reconstruir su hegemonía cultural.

Si esto no se realiza de modo adecuado, la hegemonía se pierde inevitablemente. La primera ruptura en la comunicación intergeneracional crea una brecha en la matriz ética que provoca una erosión en la legitimidad del régimen socialista.

Durante algún tiempo la sociedad soviética se mantuvo sobre la base de la memoria de las calamidades de la guerra y las ideas de defensa ante amenazas externas. Incluso, la división del mundo en bloques geopolíticos y la “guerra fría” fueron un estímulo que motivaba hacia el conocimiento, la ciencia, la creación y las producciones complejas. La idea de la “distensión” no fue investida de fórmulas ideológicas correctas y trajo consigo un deterioramiento de las ideas ligado al mismo tiempo a un reforzamiento del armamento informativo-psicológico del enemigo.

El grave error que debió haberse evitado fue el cambio hacia una política de tolerancia con la actividad económica sumergida.

Durante el tiempo del “totalitarismo” en la URSS existía la producción individual y cooperativa, bajo un control legal estricto.

La liberalización, tanto de las leyes como la conciencia en los años ´60 abrió el camino hacia la corrupción, y luego la aparición de corporaciones y compañías sumergidas.

La economía sumergida comenzó su fusión con la economía criminal. Comenzó un proceso de romantización del mundo delictivo en el arte, la lírica “a lo criminal” comenzó a ser parte importante del underground.

Luego de la liquidación del poder soviético ésta por poco no llegó a dominar la cultura de masa.

En 1989 fueron prácticamente legalizados los ingresos turbios y criminales en la URSS, una disposición del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética y el Consejo de Ministros autorizó el gasto de hasta 10 mil dólares americanos sin declarar su procedencia.

Dado que el rublo no era convertible, este dinero solo podía ser adquirido de forma ilegal.

No más del 5 por ciento de la población económicamente activa tenía ingresos legales en divisas (como, por ejemplo, los diplomáticos).

Esto cambió el sistema de los estatus económicos en el país, a la cima del nivel de bienestar material ascendieron aquellos que recibían ingresos turbios y criminales.

Esto fortaleció la corrupción en los órganos estatales, las organizaciones sociales y los medios de difusión masiva, lo que conllevó a una crisis cultural y deformó la escala de motivación de la juventud.

La criminalidad y el negocio sumergido se formalizaron como una fuerza política.

Al ser una comunidad compacta con una base organizativa sólida, comenzaron a ser los sujetos más activos y efectivos en la katastroica y las reformas.

Hoy en día vemos que fue errada la doctrina de la utilización de ingresos por renta que comenzó a obtener la URSS con la apertura de gigantescas explotaciones petrolíferas y de gas, y la construcción de conductoras para el abastecimiento del mercado occidental.

En general, en una sociedad socialista la obtención de rentas crea difíciles problemas sociales y de carácter ideológico.

Hablamos de rentas naturales de cualquier tipo, desde el petróleo, hasta recursos naturales como los recreativos.

La teoría económica de las rentas en el socialismo está poco elaborada, tampoco ha sido creada una buena explicación ideológica de su naturaleza.

El problema simplemente se ocultaba.

Entre tanto, la psicología rentista es peligrosa para la sociedad socialista, le es por principio hostil.

Durante la perestroika en la URSS circulaba una broma amarga: La nomenclatura defendió y reforzó el régimen soviético mientras no fue construido el complejo gaso-petrolífero. Cuando éste comenzó a aportar grandes ingresos en divisas, la nomenclatura con el apoyo occidental comenzó un programa de cambio del sistema social y la privatización de todas las propiedades socialistas.

Durante 12 años (entre 1973 y 1985) la población fue acostumbrada a un nivel elevado de consumo, financiado por los petrodólares.

En toda la cadena de consumo surgieron estructuras corruptas, que fomentaban el enriquecimiento ilícito y el consumismo demostrativo.

Esto deterioró la moral de buena parte de la población y creó una atmósfera de incredulidad e incluso hostilidad en la sociedad. Surgió la fragmentación de la sociedad entre la esfera trabajadora y la nueva capa parásita que corrompía a los funcionarios y a los cuadros partidistas.

Los parias de arriba, se aliaron con los parias del fondo y formaron un activo grupo de apoyo a la katastroika.

El hecho de que en lugar de aumentar la producción socialista y la esfera social, aumentaran los ingresos no laborales de los funcionarios ofendía a la sociedad.

El crecimiento de la importación en detrimento de las producciones propias, deformaba el tipo de sociedad y su estructura económica.

Uno de los principales métodos de destrucción del país fue la inyección en la conciencia masiva de deseos insatisfechos.

En Rusia se fundamentó la cultura de la sencillez, que se mantuvo en la época soviética.

El pueblo valoraba el bienestar, pero no los detalles del culto al consumismo.

Durante los años de la perestroika este viejo sistema de consumo fue blanco de un programa fuerte y forzado para su destrucción, y la penetración en la conciencia social de un nuevo sistema.

El desplazamiento en la concepción del mundo de una parte específica de la élite rusa hacia el consumismo, creó el odio hacia la sencillez del trabajador soviético, que era la inmunidad ante las tentaciones del capitalismo.

En esta misma dirección comenzó a moverse la ideología soviética, que comenzó a hacer hincapié en los indicadores de consumo.

Si durante los años ´50 y ´60 bajo el “consumismo comunista” liderado por Kruchov bajo el slogan “Alcanzar y superar a América en carne y leche” este cambio aún se frenaba y enmascaraba, durante los años 70'-80' el consumo personal dejó de ser una medida de los esfuerzos laborales y creadores.

Comenzó a ser un valor independiente como indicador del éxito.

Los medios de difusión masiva y cierta parte de los hombres de la cultura comenzaron a hacer propaganda a la indiferencia con respecto a la vida del prójimo y al destino del país no sólo el egoísmo, sino la filosofía del más fuerte, que transformaba la conciencia del hombre soviético.

La campaña de reorientación de las necesidades hacia la estructura occidental de sociedad de consumo conllevó a un fortísimo estrés y a la desintegración de la conciencia masiva. Se produjo el “deslizamiento del suelo nacional” en la producción de las necesidades, que empezaron a formarse en los centros del capitalismo mundial.

Como dijera Marx, estas sociedades se pueden “comparar con el idólatra, languideciendo por las enfermedades de la cristiandad”, sin fuentes de ingresos occidentales, sin posibilidades de lograr un estilo de vida occidental, pero con necesidades occidentales.

El proceso de penetración de necesidades “imposibles” en la URSS fue acelerado de forma artificial eliminando las defensas culturales contra la influencia ideológica externa. Además, el nuevo sistema de necesidades fue asimilado por la población no en un alza económica, sino durante una fuerte recesión de la base productiva nacional para su satisfacción.

Esto produjo una crisis cultural y la destrucción del sistema de relaciones solidarias.

Este profundo desplazamiento cultural y psicológico no significaba la renuncia al régimen soviético, solamente hizo que su apoyo fuera pasivo. Pero la posibilidad de una auto-organización de la sociedad para una defensa activa de la URSS fue aniquilada.

El nuevo equipo de la nomenclatura de partido liderado por Gorbachov se movieron rápidamente del proyecto soviético al eurocomunismo, con ideas de una convergencia pacifica del capitalismo y el socialismo, luego a una social-democracia con la utopía del “capitalismo de rostro humano” y posteriormente al liberalismo de Tatcher y Regan, con la división de la sociedad en elegidos y rechazados.

Es posible que esto fuera acompañado en algunos miembros del equipo por un drama interior, pero la lógica del proceso en el “abrazo del enemigo” ya era inexorable.

Del slogan “¡Más democracia! ¡Más socialismo!” en tres años llegamos al salvaje “capitalismo de Manchester”, que en realidad resultó ser un capitalismo criminal y parásito.

Como resultado de la venta de recursos no-renovables surgieron en el país 101 multi-millonarios y unas cuantas centenas de millonarios, ante la degradación general de la economía y la esfera social. Fueron destruidas y saqueadas la ciencia, la cultura, la educación; rebajado el nivel de capacitación de los trabajadores y empeoró la salud de los ciudadanos.

¿Que obtuvo como resultado la población que no supo auto-organizarse para defender el régimen soviético? Veamos algunos indicadores naturales imparciales que han sido presentados en el “Libro blanco” sobre la reforma neoliberal en Rusia (La Habana, 2008). Datos sobre la dinámica demográfica, la salud, la estratificación por ingresos, el estado de los grandes grupos sociales; representados en gráficos, prácticamente no necesitan comentarios.

DIBUJOS

Fig. 1. Crecimiento natural de la población en Rusia(por cada mil personas)

La catástrofe demográfica se evidencia en la disminución drástica de la natalidad y el aumento sin precedentes de la mortalidad.

La esperanza media de vida en Rusia entre 1990 y 1994 disminuyó en 5,7 años. Uno de los principales matemáticos a nivel mundial, el académico V.I. Arnold escribió, explicando a colegas occidentales los resultados de las reformas en Rusia:

“Utilizando una tabla de multiplicación, es fácil de obtener el siguiente resultado: la disminución de la esperanza media de vida en diez años tiene como resultado en la URSS la misma pérdida hombre-año, como el fusilamiento simultaneo de cerca de 80 millones de personas (en las magnitudes de Rusia – alrededor de 40 millones). Aquí se utiliza el lema: cuando los comunistas lo fusilan, Usted pierde aproximadamente la mitad de su vida”.

De esto se deduce que la reforma en Rusia trajo consigo una disminución de la vida de la población, equivalente al fusilamiento simultáneo de 23 millones de personas. La elite intelectual de occidente recibió este cálculo con absoluta indiferencia – en eso es en lo que hay que pensar.

Fig. 2. Estado de la salud de las parturientas en Rusia: partos con complicaciones por anemia, en tanto por cien partos

Fig. 3. Estado de la salud de los recién nacidos en Rusia: niños nacidos enfermos, en % con respecto al número de nacimientos

El empeoramiento de las condiciones sociales, fundamentalmente la alimentación y la salud, provocó un aumento violento de las enfermedades maternas y de los recién nacidos. En este nivel altamente anómalo la situación se estabilizó incluso en los años de crecimiento significativo de los ingresos a partir del petróleo.

Fig. 4. Número de nuevos enfermos de tuberculosis activo, por 100 mil de habitantes

En Bielorrusia donde, después de 1995, fue frenada la destrucción de los servicios sociales del tipo soviético y comenzó su reconstrucción, ya en el 2000 fue sofocada la epidemia de la enfermedad social, la tuberculosis. En ese entonces, en Rusia continuaban las reformas liberales, incluida en la medicina; la muerte por tuberculosis superaba en tres (!) veces los criterios de la Organización Mundial de la Salud, correspondientes al nivel de la epidemia.

Fig. 5. Nuevos enfermos de sífilis entre adolescentes (chicas) con edades entre los 15 y los 17 años en Rusia, por 100.000 chicas de edad correspondiente

La reforma proporcionó un fuerte golpe en la salud psicológico de la sociedad. Aquí se aprecia como la destrucción del sistema soviético llevó inmediatamente al aumento de la infección por sífilis de las jóvenes.

Esto no es más que un resultado de la revolución sexual que fuera organizada “desde arriba” como una tecnología política. Los medios masivos de difusión de forma abierta daban propaganda a la prostitución.

Por esto en la conciencia masiva revivió la estampa de Stalin como regente, ante el cual esto no hubiera sido posible siquiera imaginarlo.

Existe una leyenda que dice que pasaba Stalin cerca de una residencia detrás de unos árboles: “Que buen Círculo infantil” “Camarada Stalin, esta es la residencia del Mariscal K.” “Te lo digo, que buen Círculo infantil!” y para mañana allí ya juegan y ríen los niños.

¿Porque surgió hoy esta sencilla parábola? Pues porque todos ven hoy su reflejo en la actual Moscú. Pasa un “nuevo ruso” cerca de una residencia detrás de unos árboles: “Que buen salón de masaje” “Jefe, eso es un círculo infantil!” “Te lo digo, que buen salón de masaje para pedófilos! No cambiaremos ni el cartel”.

Fig. 6. División de la población de Rusia según los ingresos (el coeficiente de fondos, la relación de ingresos del 10% de los “más ricos” a los del 10% de los “más pobres”)

La reforma significó una segregación social inmediata de profundidad anómala. No se cierra, crece en los fértiles 7 años.

Fig. 7. El número de obreros industriales en Rusia, millones

En Rusia se lleva a cabo un programa de desindustrialización de una potencia industrial sin precedentes en la historia. Aquí se representa su dinámica a través de la rebaja del número de obreros industriales.

La forma de las curvas integrales “estado de salud de la industria”, las cuales se calculan por decenas de indicadores de la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI), demuestran que en la antigua URSS no hubo crisis, pero se produjo una catástrofe.

En los resúmenes de la ONUDI, el estado de la industria en varios países se caracteriza por las siguientes categorías: Economía en desarrollo, estable, en depresión, en crisis. Y existe una categoría especial, economía destruida. Tres países a mediados de la década del 90 tenían curvas estructurales similares de “economía destruida”, las repúblicas de la URSS, Irak y Yugoslavia.

En Irak y Yugoslavia era un resultado de las habituales guerras “calientes”. Por Rusia pasó una guerra con el nombre de reforma neoliberal.

Fig. 8. Preparación de personal cualificado en las escuelas profesionales, miles

En Rusia disminuye el completamiento de la utilización en la economía con jóvenes trabajadores calificados; está disminuido el sistema de estudio profesional, que prepara de forma casi exclusiva personal para la esfera de los servicios, también disminuye....

Fig. 9. Producción de tractores en la URRS y ex-URSS, miles

Fig. 10. Producción de maquinas herramientas con programación digital, miles

Aquí se observa a qué profundidad cayó la producción de diversas maquinarias importantes, tanto en Rusia, como en las Repúblicas post-soviéticas en general.

Fig. 11. El número de investigadores en Rusia, miles

Disminuyó significativamente el potencial científico-técnico, lo que se aprecia en la dinámica del más sencillo de los indicadores, el número de investigadores.

Fig. 12. El número de trabajadores en las empresas agrícolas en Rusia, millones

Fig. 13. El número de tractores en las empresas agrícolas en Rusia, miles

Fig. 14. El número de cabezas de ganado mayor en Rusia, millones

Ocurrió también una degradación profunda en la agricultura. Disminuyó de forma categórica el número de trabajadores organizados, se produce un envejecimiento de la tecnología y una caída anómala de una rama intensiva, la producción animal. En 1990 la importación representaba un 7,6 % del consumo de carne, en los últimos años asciende a un 36-37 %. Con relación al 2000 en el año 2007 la importación aumentó de 7,4 a 27,6 miles de millones de dólares.

Fig. 15. Edición de libros en Rusia, millones de ejemplares

La reforma causó un fuerte golpe en la cultura. Disminuyó drásticamente la tirada de los libros editados.

Fig. 16. El número de atracos y casos de pillaje en Rusia, mil

Todos estos cambios se vieron reflejados en el estado general de la población, lo que representó un aumento de la delincuencia.

Volvamos a la crisis de la sociedad soviética.

A los errores de la cúpula socialista en la política social, que representaron una fuerte influencia en la esfera espiritual, se debe añadir la liberalización de los principios de formación de la escala de estatus social.

Hasta principios del los ´60 en la URSS funcionaba el principio de los meritocracia, según el cuál la remuneración moral y material aumentaba de acuerdo a los méritos.

Tenían prioridad su manifestación en el trabajo, la creación y la entrega a la causa común.

El prestigio de estas condiciones era fortalecido por los medios culturales, es así como durante 30-40 años en la sociedad soviética se creó un específico tipo cultural de personas, que eran el núcleo de la base del régimen social.

Desde el proceso de “desestalinización” tácitamente empezó a surgir otro sistema de los estatus jerárquicos, en el cual la remuneración material de la persona no estaba justificada por el trabajo.

A la sociedad se le propuso orientarse a la escala de valores de los codiciadores.

Esto también fue un tipo cultural particular de persona, un tipo antagónico de trabajadores y defensores del régimen soviético.

Al salir a la arena social en los años 60-70, este tipo de persona comenzó activamente a corromper el aparato estatal y la elite cultural, paso a paso ganando la hegemonía en la conciencia masiva.

Precisamente este tipo, y no la burguesía, logró la revancha histórica, al comienzo con tolerancia y luego, desde 1985, incluso con el apoyo abierto de la cúpula del PCUS.

Esta amenaza aguarda a cualquier régimen socialista que está obligado a accionar en el espacio informativo, donde dominan los medios de información masiva subordinados al capital mundial.

Crear métodos de defensas políticas, sociales y culturales contra esta amenaza es una tarea teórica y práctica difícil, y sobre ella se debe hablar de forma especial.

Entonces, ¿con qué proyecto social de Orden Mundial se vislumbra el futuro, luego de que el proyecto socialista sufriera serios fracasos?

En su momento, el capitalismo con su énfasis carnívoro y destructor pudo obtener la legitimación solo con la utilización de nuevas tecnologías de tentación.

El capital logró encontrar métodos de encender en el alma del hombre los deseos de “tener”, le dio a cada uno la posibilidad de saciar este deseo trepando y aplastando a los demás.

Todos sabían y comprendían que la mayoría sería aplastada, pero cada uno en su alma soñaba con la suerte. Este orden fue construido sobre los huesos de los aplastados y las úlceras de la destruida Naturaleza.

Para fundamentar este orden, era necesario deformar el razonamiento y la conciencia de la mayoría de la población mundial.

Esto pudiera traer consigo la muerte de la humanidad.

Si el “mil millones dorado” comienza a consumir por persona y botar el desecho igual que Estados Unidos (productor de un 20 % y consumidor de un 40 % del PIB mundial) pues entonces para el resto de la humanidad simplemente no quedaría espacio habitable.

La capacidad de resistencia de la Tierra sería agotada y ningún protocolo de Kyoto ayudaría.

Hoy vemos muchas señales de como el sistema capitalista mundial y aquellas sociedades que están obligadas a marchar por su canal, llegan al fin de un gran ciclo de mayor o menor estabilidad.

En la metrópolis de este sistema, en Occidente, aceleradamente se produce el desmontaje de la “sociedad de bienestar”, el logro supremo de la filosofía moderna occidental y su práctica social.

Consecuentemente, se destruye la clase media, portadora de los valores occidentales y base social de la sociedad civil, otra de las metas del modernismo y su filosofía política.

Incluso el célebre sistema bi-partidista con sus contrapesos ha degenerado. Ya no existe el sistema bipartidista, las diferencias entre los partidos se han reducido a las diferencias entre dos actores que intervienen en la escena del espectáculo político. Como dicen los politólogos, el Occidente se convirtió en una sociedad ambidiestra, de “dos-derechas” en sustitución de la antigua sociedad que oscilaba entre los proyectos liberal de derecha y social-demócrata.

El capitalismo se mantiene porque constantemente y de forma efectiva lucha por el mantenimiento y la regeneración de su hegemonía cultural.

No obstante, en el mundo se producen focos de resistencia, la conciencia adquiere voluntad política y organización social.

En Cuba, en la Isla de la Libertad, donde tuvo lugar una revolución que tomó el espíritu y la experiencia de una cadena de grandes revoluciones y movimientos liberadores, los unió a los últimos alcances intelectuales y filosóficos del modernismo, e incorporó el optimismo y las ramas humanitarias del postmodernismo.

En ese país trabaja una excelente pléyade de pensadores, realizadores y trabajadores, creadores de formas sociales que seguramente formarán el núcleo del futuro deseado por la Humanidad.

Este grupo está comandado por Fidel Castro, acreedor de un amor sincero por parte de la mayoría de los habitantes del mundo. Vienen a Cuba, para eventos de discusión, científicos, formados en prácticamente todas las civilizaciones que constituyen la sociedad mundial.

Los proyectos socialistas, que surgen como una forma de defensa nacional y social contra la expansión del capital mundial, tienen bases objetivas para ganarse la hegemonía cultural en sus pueblos y crear una fuerte y activa base social.

La URSS perdió en la guerra psicológica a finales del siglo XX, pero toda la humanidad progresiva tiene fundamentos para ganar la Batalla de las Ideas de principios del siglo XXI.

A los principios de la sociedad de consumo, el socialismo le opone la idea del desarrollo humano; a una sociedad en donde la minoría vive una vida opulenta en detrimento de la mayoría, la concepción de un mundo solidario.

El capitalismo es destructor de la Naturaleza y del hombre, lleva la Humanidad a un suicidio colectivo, el socialismo dará un nuevo impulso a la creación y al auto-perfeccionamiento del hombre.

Hará posible el cambio de “tener es ser” al “crear y construir”.

Tuve la oportunidad de estar en la pasada primavera en el Instituto de la complejidad en Santa Fé (estado de Nuevo México, E.U.). La cúpula de este Instituto recibió durante las campañas electorales a presidente de E.U. una solicitud de Kissinger de hacer los comunicados a la nación americana para ambos candidatos a presidentes, McCain y Obama.

Los científicos del Instituto respondieron que si E.U. asumieron el rol de líder mundial, este tipo de comunicado debe tener ideas y estilo de futuristas, atractivo para toda la Humanidad. Pero el electorado de ninguno de los dos candidatos lo aceptaría.

Esto revela que la prosperidad americana se fundamenta en el sufrimiento de otros pueblos.

Esto refleja la profundidad de la crisis.

Incluso uno de los ideólogos del “nuevo Orden Mundial”, Francis Fukuyama, quién solo hace 20 años decía que “al liberalismo no le quedaba ninguna alternativa de vida”, hoy acepta que “la economía liberal salió de sus líneas y amenaza con caer en el abismo arrastrando consigo el resto del mundo. El Brend “América” atraviesa una fuerte revisión de solidez, cuando las alternativas de modelo de desarrollo –la china, la rusa– se vislumbran más atractivas”.

La actual crisis en la metrópolis del sistema capitalista mundial, que inevitablemente agravará el peligro para la periferia, hace cada vez más actual la metodología de la “actualización del socialismo”.

Es necesario adecuar todos sus sistemas con los retos de la complejidad del mundo moderno, las nuevas tecnologías políticas y los nuevos tipos de guerra.

En Cuba, en la Isla de la Libertad, nosotros debemos juntar nuestros esfuerzos y agrupar un colectivo internacional, capaz de establecer los contornos de la imagen del futuro que es posible y deseado por la Humanidad. Durante el diálogo será posible establecer las fronteras de lo que es inaceptable para la mayoría y también la posibilidad de hacer que lo inaceptable sea imposible.
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