"Estos dos grandes descubrimientos: la concepción materialista de la historia y la revelación del secreto de la producción capitalista, mediante la plusvalía, se los debemos a Marx. Gracias a ellos, el socialismo se convierte en una ciencia, que sólo nos queda por desarrollar en todos sus detalles y concatenaciones." Federico Engels, Del Socialismo Utópico al Socialismo Científico.

11.3.10

Socialismo no es paternalismo

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Las negrillas, supresión y separación de algunos párrafos y citas en bloque son nuestras para efectos de estudio.

Tomado de:

http://www.contrapunto.com.sv/index.php?option=com_content&view=article&id=2534:cuba-reformara-su-economia-el-qpaternalismoq-no-da-mas&catid=71:comercio&Itemid=70

Noticias de El Salvador - ContraPunto
Marzo 11 / 2010

Cuba reformará su economía, el "paternalismo" no da más...
Martes, 09 Marzo 2010

(...)

Cuba podría emprender reformas en varias áreas de la economía, a fin de desentramparla y ponerla a producir

LA HABANA - En un artículo publicado por la agencia Reuters, se da cuenta de que el gobierno cubano, presidido actualmente por Raúl Castro,

pretende reformar la economía nacional para evitar "tanto control del Estado" y "tanto paternalismo", algo que se viene esperando desde hace tiempo.

En el interior de Cuba existen debates sobre

cuál rumbo debe seguir el socialismo cubano en el terreno económico: el de China o algún modelo más liberal como el venezolano. Ambos serían dramáticos en Cuba, implica hacer desarrollar la empresa privada local.

El ministro de Economía de Cuba busca reducir la intervención del Estado en la economía del país, argumentando que el Gobierno ya no puede permitirse tanto control ni tanto paternalismo, dijeron fuentes del Partido Comunista y académicos citados por Reuters.

La campaña parece estar destinada

a vencer la resistencia a las reformas emprendidas por el presidente cubano Raúl Castro, quien impulsó algunos cambios en la agricultura

desde que reemplazó a su enfermo hermano Fidel en el 2008. Algunos opinan que Castro podría hacer cambios en otras áreas económicas.

El ministro cubano de Economía, Marino Murillo, dejó claro al intervenir ante miembros de la Fuerzas Armadas y del Ministerio del Interior el 16 de enero que

"el gigantesco paternalismo del Estado no puede continuar, porque no hay manera de mantenerlo",

dijo una fuente del Partido Comunista que accedió al vídeo de la reunión con los militares.

Por lo general, Cuba no difunde inmediatamente el contenido de algunas reuniones donde se tratan temas políticamente sensibles, pero vídeos relativos a estos temas son a veces publicados más tarde por funcionarios seleccionados.

Cuba enfrenta una crisis de liquidez que la obligó a recortar las importaciones en un 37 por ciento el año pasado, en medio de una economía con un alto grado de ineficiencia donde la productividad cayó en el último año.

Murillo dijo que su país no puede permitirse, por ejemplo,

pagar a decenas de miles de personas para que controlen las peluquerías, salones de bellezas u otros servicios de reparación, sugiriendo que deberán ser administrados por los propios trabajadores,

según dos fuentes que vieron el vídeo.

El ministro aludió a sectores que podrían resistirse a los cambios, que parecen estar ya en marcha.

"Me llamaron a una reunión el mes pasado

y nos dijeron que los locales serían arrendadas a los empleados muy pronto como parte de un experimento en el área",

dijo una empleada de una peluquería estatal en el centro de La Habana, que pidió no ser identificada.

Un proyecto piloto en La Habana comenzó a entregar los taxis de alquiler a algunos conductores, quienes deben abonar una tarifa diaria al Estado pero sin percibir salarios, dijo un chofer.

Universidades en varias provincias del país a petición de los Gobiernos provinciales han elaborado propuestas para transformar en cooperativas a los servicios locales y a la actividad productiva de menor importancia.

Profesores que asistieron a una presentación similar de Murillo en la Universidad de La Habana a principios de este año dijeron que el ministro dejó claro que las reformas son una necesidad económica, no un giro ideológico y que los cambios emprendidos en la agricultura son el modelo de lo que vendrá.

"(Murillo) se refirió a la descentralización de la agricultura y a las diversas formas de propiedad como las cooperativas y el arrendamiento de tierras, como un posible modelo para la producción local y los servicios", dijo un profesor, que no reveló su nombre por no estar autorizado a dar entrevistas.

Castro ha lamentado la ineficiencia de la economía estatal y llamado a la descentralización, a la iniciativa local y a nuevas formas de propiedad en sectores no estratégicos. También ha dicho que muchos de los subsidios estatales ya no son sostenibles,

un punto repetido por Murillo, dijeron las fuentes.

"Raúl Castro no se hace ilusiones acerca de cómo el paternalismo que abarcó todo en el pasado ha dejado en ruinas la economía cubana", dijo Brian Latell, ex analista de la estadounidense CIA, enfocado por décadas en Cuba.

"Su dilema está en la aplicación de las reformas de descentralización. No hacer nada, o hacerlo muy rápido, podría tener consecuencias desestabilizadoras", agregó Latell.

Castro ha designado a un número de militares para el Ministerio de Economía y Planificación, considerado como el cuartel general de operaciones para sus actividades económicas.

Murillo, un ex militar que fue nombrado en marzo pasado, lidera la cartera de Economía junto al viceministro primero, el General Idel Izquierdo, ex jefe del departamento económico de las Fuerzas Armadas cuando Raúl era ministro de Defensa.

Murillo rápidamente nombró como viceministro al Coronel Amando Pérez Betancourt, arquitecto de las reformas económicas dentro de las Fuerzas Armadas.

En ambos discursos, Murillo dijo que las soluciones propuestas a los problemas económicos de Cuba deben venir desde el nivel local y que difieren de un lugar a otro y de un sector a otro.
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9.3.10

Socialismo del Siglo XXI, versión venezolana

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http://www.monografias.com/trabajos43/el-socialismo/el-socialismo2.shtml

Este artículo es un resumen de una estudiante sobre el tema del Socialismo del Siglo XXI. Es un trabajo esencialmente descriptivo, su fuerza no radica en el análisis. Proporciona una puntualización de los elementos básicos del Socialismo del Siglo XXI, en la versión venezolana del mismo.

Las negrillas, citas en bloque, supresión y separación de algunos párrafos, puntos entre paréntesis, son nuestros para efectos de estudio.

El socialismo del siglo XXI
Enviado por ASTRID LEON

Resumen
Introducción
El socialismo del siglo XXI
Historia del Socialismo
Una ideología, un grupo de ideologías
Bibliografía


Resumen:

El propósito en general es construir una sociedad sin clases, razón por la cual en la actualidad la mayoría del socialismo se identifica con los postulados marxistas y comunistas. También se ha enfocado últimamente a las reformas sociales de las democracias modernas.

Para Hugo Chávez expresa lo siguiente "Hemos asumido el compromiso de dirigir la Revolución Bolivariana hacia el socialismo y contribuir a la senda del socialismo, un socialismo del siglo XXI que se basa en la solidaridad, en la fraternidad, en el amor, en la libertad y en la igualdad" en un discurso a mediados de 2006. Además, este socialismo no está predefinido. Más bien, dijo Chávez "debemos transformar el modo de capital y avanzar hacia un nuevo socialismo que se debe construir cada día".

INTRODUCCIÓN

El Socialismo del siglo XXI es un concepto del que se empieza a hablar a partir de enero de 2005, fue lanzado por el Presidente de Venezuela, Hugo Chávez, en el V Foro Social Mundial, en el marco de la revolución bolivariana, en su definición ha señalado que para llegar a éste habrá una etapa de transición que denomina como Democracia Revolucionaria.

Hugo Chávez expresó "Hemos asumido el compromiso de dirigir la Revolución Bolivariana hacia el socialismo y contribuir a la senda del socialismo, un socialismo del siglo XXI que se basa en la solidaridad, en la fraternidad, en el amor, en la libertad y en la igualdad" en un discurso a mediados de 2006. Además, este socialismo no está predefinido. Más bien, dijo Chávez "debemos transformar el modo de capital y avanzar hacia un nuevo socialismo que se debe construir cada día". A su juicio por las condiciones presentes en el actual mundo globalizado, esta transición será bastante prolongada. Dentro de este concepto sería definitivamente el socialismo el camino a seguir, contrario al neoliberalismo.

En el aspecto de ideológico y en cuanto al objetivo de la vida social, se ha llegado a determinar a qué tipo de socialismo se apunta, se ha aclarado relativamante cuando Hugo Chávez respondió a la jerarquía eclesiástica venezolana «Les recomiendo a los obispos que lean a Marx, a Lenin, que vayan a buscar la Biblia para que vean el Socialismo en sus líneas, en el viejo y nuevo testamento, en el sermón de la montaña.», durante el acto de juramentación de su nuevo gabinete ministerial, el 8 de enero de 2007.

En el mismo acto, Chávez indicó ser trotskista. Por esto se podría inferir que el Socialismo del siglo XXI posee elementos de ideologías tan diversas como el Marxismo-Leninismo, el trotskismo y el socialismo cristiano, aunque preservando prácticas del neoliberalismo tal como lo ha demostrado el proceso de concesiones de las empresas estatales a transnacionales privadas.

¿Qué es el socialismo?

El socialismo es una ideología política que designa aquellas teorías y acciones políticas que defienden un sistema económico y político, basado en la propiedad y administración de los sistemas de producción y en el control social (parcial o completo) de los sectores económicos y políticos. Sin embargo, en la práctica el significado de facto del socialismo ha ido cambiando con el transcurso del tiempo.

Aunque es un término político bastante cargado, permanece fuertemente vinculado con el establecimiento de una clase trabajadora organizada, creada ya sea mediante revolución o evolución social, con el propósito de construir una sociedad sin clases, razón por la cual en la actualidad la mayoría del socialismo se identifica con los postulados marxistas y comunistas.

También se ha enfocado últimamente a las reformas sociales de las democracias modernas. El concepto y término socialista se refieren a un grupo de ideologías, un sistema económico o un Estado que existe o existió.

Historia del Socialismo

El estudio del socialismo propiamente dicho suele iniciarse a partir de la Revolución Francesa en 1789, que supuso el derrocamiento de la clase feudal francesa y la ascensión al poder de la burguesía, y el período premarxista en la historia del socialismo, corresponde a los cien años aproximadamente (de mediados del siglo XVIII a mediados del siglo XIX) en los que los principales países de Europa desarrollan el proceso de sustitución del feudalismo por el capitalismo como sistema económico, y en el que los estados feudales se unen para formar las modernas Naciones-Estado.

A raíz de la Revolución Francesa, aparece François Babeuf, el primer pensador socialista (aunque en su época esta palabra no se utilizaba todavía) que se pone a la cabeza de un movimiento llamado la Conspiración de los Iguales.

Por su parte Inglaterra fue la cuna del socialismo utópico y reformador en la primera mitad del siglo XIX. Existen dos causas importantes que dan al socialismo utópico inglés su carácter peculiar: la revolución industrial con su cortejo de miserias para el naciente Proletariado y el desarrollo de una nueva rama de la ciencia : la economía política. Recordemos entre los socialistas utópicos a Robert Owen (1771-1858), que fue el primero en considerar al proletariado como clase independiente con intereses comunes.

En Francia el utopismo tuvo un carácter más filosófico que en Inglaterra. Su primer representante fue el conde Henri de Saint-Simon (1760-1825). Propuso la Federación de Estados Europeos, como instrumento político para evitar las guerras y asegurar la paz mundial. Al mismo tiempo Carlos Fourier, (1772-1837), concibió los falansterios-comunidades humanas regidas por normas de libre acuerdo y economía socializada. De la inspiración de los principios fourieristas se constituyeron algunos falansterios. Otro utopista francés fue Étienne Cabet (1778-1856), que durante su destierro en Inglaterra, en el año 1842, escribió Viaje a Icaria.

Poco después aparece la teoría marxista que se refiere a la sociedad que debe sustituir al capitalismo, y en algunos casos desarrollarse en comunismo. El marxismo y comunismo son dos ramas muy específicas del socialismo. Las dos no representan al socialismo como un todo. Entre los marxistas hubo una división entre los socialistas democráticos y los revolucionarios. En la teoría moderna del socialismo democrático, se aspira a llegar a una sociedad democrática que sea la columna vertebral de un Estado de bienestar.

El socialismo libertario es una corriente del socialismo que busca que las personas decidan sobre sus vidas directamente, y en el caso del anarquismo propugna la abolición del Estado y de toda autoridad. Es la corriente con un trasfondo de respeto y valoración al sujeto o individuo, y que considera a la libertad como el camino y el objetivo del socialismo y que propone la horizontalidad en las relaciones humanas, la autonomía local junto con la autoorganización de los movimientos sociales frente a las instituciones del Estado y a las multinacionales y monopolios propios del capitalismo.La meta del socialismo libertario es construir una sociedad basada en las libertades civiles, la equidad social, la iniciativa individual, la cooperación voluntaria, eliminando las clases sociales estratificadas, promoviendo estructuras políticas y económicas autogestionarias, descentralizadas o distribuídas.

Una ideología, un grupo de ideologías

Existen algunas grandes diferencias entre los grupos socialistas, aunque casi todos están de acuerdo de que están unidos por una historia en común que tiene sus raíces en el siglo XIX y el siglo XX, entre las luchas de los trabajadores industriales y agricultores, operando de acuerdo a los principios de solidaridad y vocación a una sociedad igualitaria, con una economía que pueda, desde sus puntos de vista, servir a la amplia población en vez de a unos cuantos.

De acuerdo con los autores marxistas (más notablemente Friedrich Engels), los modelos y las ideas socialistas serían rastreables los principios de la historia social humana, siendo una característica de la naturaleza humana y los modelos sociales humanos.

En el marxismo-leninismo el socialismo es considerado como la fase previa al comunismo, por ello los procesos revolucionarios vividos por la URSS, Cuba y China se relacionan con esta doctrina, ya que, en el caso de la URSS nunca se logró alcanzar el comunismo, y en el caso de Cuba todavía se lucha para alcanzar ese objetivo.

Presidente Chávez define Socialismo del siglo XXI

El Presidente Chávez formuló su pensamiento sobre el Socialismo del Siglo XXI.
Confiesa que para él sólo el Socialismo puede traer justicia social.

El primer elemento que dibuja sobre el Socialismo del siglo XXI es su estrecha relación con la practica política que comenzó allá por los años 80 con el diseño de lo que llamaron el 'árbol de las tres raíces', que es la fuente ideológica.

Consiste en la raíz bolivariana (su planteamiento de igualdad y libertad, y su visión geopolítica de integración de América Latina); la raíz zamorana (por Ezequiel Zamora, el general del pueblo soberano y de la unidad cívico-militar) y la raíz robinsoniana (por Simón Rodríguez, el maestro de Bolívar, el Robinson, el sabio de la educación popular, la libertad y la igualdad).

Este 'árbol de las tres raíces' da sustancia ideológica al movimiento revolucionario y al Socialismo del siglo XXI.

En esta larga experiencia la conciencia y el pensamiento del Presidente Chávez ha recibido también la influencia del Marxismo Referencia ineludible del socialismo moderno. Señala que el de ahora debe ser un Socialismo nuevo. El 'Socialismo del siglo XXI', sobre el cual esboza ideas precisas.

Una es afirmar que

el primer socialista de nuestra era fue Cristo.

El Socialismo debe nutrirse de las corrientes más auténticas del cristianismo.

Haremos el Socialismo desde nuestras propias raíces, desde nuestros aborígenes y cita experiencias como:

1) las comunas en Paraguay y Brasil;

2) el socialismo utópico que representó Simón Rodríguez;

3) el planteamiento de Bolívar de libertad e igualdad;

4) los planteamientos de Artigas, el gran uruguayo, de que hay que invertir el orden de la justicia, eliminando los privilegios.

Entre los elementos que pudieran

definir el Socialismo del siglo XXI, dice el Presidente Chávez, están los siguientes:

a) La moral.

El primer rasgo es el moral. Debemos recuperar el sentido ético de la vida. Luchar contra los demonios que sembró el capitalismo: individualismo, egoísmo, odio, privilegios. Es un arma en la lucha contra la corrupción, un mal que es propio del capitalismo. El socialismo debe defender la ética, la generosidad.

b) La democracia participativa.

En el aspecto político uno de los factores determinantes del Socialismo del siglo XXI debe ser la democracia participativa y protagónica. El poder popular. Hay que centrar todo en el pueblo, el partido debe estar subordinado al pueblo.

c) Igualdad conjugada con la libertad.

En lo social, el Socialismo debe conjugar igualdad con libertad. Una sociedad de incluidos, de iguales, sin privilegios.

d) Cooperativismo y asociativismo.

En lo económico: un cambio del sistema de funcionamiento metabólico del capital. En Venezuela se han iniciado experimentos como el impulso al cooperativismo, al asociativismo, a la propiedad colectiva, a la banca popular y núcleos de desarrollo endógeno. Son válidas muchas experiencias como la autogestión y cogestión, la propiedad cooperativa y colectiva. Se esta poniendo en marcha un ensayo de empresas de producción social y unidades de producción comunitaria.

El Socialismo del Siglo XXI ofrece como su mejor resultado hasta el momento, un impresionante experimento de PODER POPULAR en el que participan millones de personas, como no lo habían hecho antes en la historia de la nación, contagiando el resto de los pueblos suramericanos que han vuelto su mirada al modelo socialista ante el estrepitoso fracaso del neoliberalismo.

A las anteriores reflexiones el Presidente

agrega la siguiente: estamos en una transición. Una transición que llama 'Democracia Revolucionaria'.

Ha retomado ese término para caracterizar el tipo de democracia que empuja como una caballería, que abre puertas y se impregna de pueblo. Es una fase de transición hacia el socialismo.

El Presidente propone redactar con estas ideas el Manifiesto del Socialismo del Siglo XXI.

Con otros camaradas hemos tomado la determinación de avanzar en esa dirección. Para tal efecto

ha sido creado el Instituto del Pensamiento del Socialismo del Siglo XXI,

donde se profundizaran todos estos elementos y se difundirán entre las organizaciones populares, para elevar así su nivel de conciencia y acción revolucionaria.

(...)

Cinco motores constituyentes para construir el socialismo, propuso Chávez al tomar posesión:

Primer Motor: Ley Habilitante. Vía directa al socialismo.

Segundo Motor: Reforma Constitucional. Estado de derecho socialista.

Tercer Motor: Moral y Luces. Educación con valores socialistas.

Cuarto Motor: La Nueva Geometría del poder. El reordenamiento socialista de la geopolítica de la Nación.

Quinto Motor: Explosión del Poder Comunal. Democracia protagónica, revolucionaria y socialista.


Con la intención de continuar el camino acertado del Poder Constituyente que despertó en 1999, el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez Frías, propuso lo que denominó como los "cinco motores constituyentes" para avanzar hacia el socialismo del siglo XXI.

Durante su discurso, luego de ser investido para su segundo período presidencial, Chávez explicó que el primer eje contempla la propuesta de la "Ley Habilitante", que permitirá al Ejecutivo legislar sobre las materias necesarias para adelantar los cambios hacia el socialismo.

El presidente Chávez solicitó facultades para legislar en 10 áreas de carácter estratégico, entre las cuales destacan la economía, finanzas, actividad social, cultura, seguridad y defensa.

Según expertos, la Ley Habilitante tendrá una vigencia de 18 meses a partir de su publicación en la Gaceta Oficial y concede al estadista las facultades para aprobar decretos y normativas con rango y fuerza de ley.

El vicepresidente del país, Jorge Rodríguez, adelantó que en un plazo de tres meses estarán redactados y modificados todos los instrumentos legales del citado mecanismo. Rodríguez estimó que en el marco de la Habilitante se elaborarán entre 40 y 60 leyes, con vistas a impulsar la construcción del nuevo proyecto nacional de carácter socialista.

En el ámbito financiero, el propósito esta en profundizar y adecuar el sistema financiero público y privado a los principios constitucionales, apoyado en la modernización del marco regulatorio para los sectores monetario, banca, seguros, tributario e impositivo. Asimismo, en materia de economía se dictarán regulaciones que preserven la función social de la propiedad -en sus diversas formas y clases-, así como el fomento de la producción y desarrollo de la pequeña y mediana industria en el país.

Como segundo eje propuso la profunda "reforma de la Constitución Bolivariana" de Venezuela, la cual permitirá, entre otros aspectos, la modificación de artículos que en lo económico o en lo político pudieran dar lugar a equívocos debido a su redacción. A juicio de Chávez, la ley de leyes revolucionarias dependerá, de alguna manera y en algún grado, de esa reforma constitucional.

El tercer motor de la revolución es la jornada nacional denominada "Moral y Luces", que comprende una campaña de educación moral, económica, política y social que va más allá de las escuelas, pues estará presente en los talleres, en los campos, en los núcleos endógenos y demás entes populares.

Chávez denominó el cuarto motor como "la geometría del poder", integrado por la nueva manera de distribuir los poderes político, económico, social y militar sobre el espacio nacional, ya que propuso revisar la distribución político-territorial del país y generar la construcción de sistemas de ciudades y de territorios federales.

Esta propuesta representa una innovación en la búsqueda de una forma que se adapte mucho más a nuestra realidad y a nuestras aspiraciones', aseguró el Presidente, quien pidió a los gobernadores y alcaldes analizar estos sistemas de ciudades y territorios federales que propiciarían el desarrollo integral de las comunidades.

"La explosión revolucionaria del poder comunal" es el quinto motor constituyente, el cual, según el Mandatario Nacional, tiene mayor fuerza y dependerá del éxito de los anteriores ejes revolucionarios de esta nueva era de la administración pública.

Chávez instó a la Asamblea Nacional, a la Defensoría del Pueblo y a los demás poderes a hacer un esfuerzo sostenido y unitario para consolidar estos cinco motores.

"Entramos de lleno al tiempo de construcción del proyecto nacional Simón Bolívar, que requería un fundamento sólido, lo que hemos hecho hasta ahora es echar un piso sobre el cual construiremos el edificio, es el proyecto socialista bolivariano", acotó.

BIBLIOGRAFÍA

Revista Zeta No 1595. Del 26 de Enero al 2 de Febrero de 2007. Venezuela

http://es.wikipedia.org/wiki/Socialismo

http://es.wikipedia.org/wiki/Socialismo_del_siglo_XXI

http://www.aporrea.org/ideologia/a17224.html

http://www.nodo50.org/carlosmarx/spip/article.php3?id_article=51

http://www.aporrea.org/ideologia/n88965.html

http://www.vive.gob.ve/inf_art.php?id_not=3342&id_s=6&id_ss=1&p=4

Astrid Adriana Leon Field

Estudiante de 2do Año de derecho de la Universidad José María Vargas. Venezuela

astridadriana18[arroba]hotmail.com

2.3.10

Marxismo, hic et nunc

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Un conjunto de ideas que nuestro alumno alberto Quiñonez(además de estudioso, con vocación de escritor y en proceso de formación como tal) expone sobre la validez del marxismo. Las negrillas, citas en bloque y separación de algunos párrafos son nuestros para efectos de estudio. Un comentario adicional que nosotros haríamos es que el capitalismo actual, ha acentuado dos cosas a nivel mundial y por tanto global: la población estancada, el denominado por Marx, ejército industrial de reserva y un sedimento del mismo, el lumpen proletariado, cuya cultura desclasada y deshumanizada ha penetrado el todo social, lumpenizando a toda la sociedad capitalista, incluyendo, desde luego a la burguesía. El capitalismo mundial también sigue revolucionando las fuerzas productivas, a la manera capitalista, es decir, mercantil extractora de plusvalía, y por tanto intensificando la explotación, por medio de la robotización del proceso de trabajo, acentuando las crisis de sobre producción y los conflictos sociales, incluidos los militares. No se puede ni siquiera suponer que el capitalismo ha mejorado en cierto modo las condiciones de vida de las masas, las ha empeorado, en términos absolutos y relativos si tomamos en cuenta la población total, nacional y mundialmente.

Marxismo, hic et nunc

Alberto Quiñónez, febrero 2010

Existe entre nosotros –en nuestra ciencia, en nuestro medio- una doble representación de la teoría y del análisis marxistas. Esa doble imagen, vuelta casi reminiscencia, exige una síntesis que sea al mismo tiempo superación y retorno.

La cuestión no es sencilla si se considera que una de esas imágenes corresponde a la fetichización del marxismo, es decir, al

sobreposicionamiento del componente ideológico sobre el científico;

condición que ha corroído al grueso de los movimientos de izquierda.

Esas dos representaciones del marxismo parten de verlo como ciertamente necesario o como necesariamente cierto.

La primera tiene a la base haber comprendido el marxismo en su aspecto teórico desde una visión revolucionaria y, por tanto, crítica. Significa re-poner en primer plano la dialéctica como motor analítico. Y tener en cuenta la dimensión histórica de la lucha de clases, de la relación entre base y superestructura, del papel que juega el Estado, etc. en los distintos momentos del desenvolvimiento del sistema capitalista.

La segunda posibilidad es el aspecto más desdoblado en el medio salvadoreño (y latinoamericano), y consiste en aceptar ciegamente el marxismo sin haber llegado a comprenderlo, con lo que se llega al dogma. Y los dogmas no se cuestionan. Porque son.

Para superar esta dicotomía no basta con fomentar uno de los aspectos –digamos, el primero- disociado del segundo, porque el carácter dialéctico haría que la polarización lejos de mermar, aumentase. De ahí que la superación empiece por una síntesis válida.

Esa síntesis tendría como principio el regreso a Marx con un espíritu crítico, bajo el presupuesto ideológico de que debe partirse de Marx y no, digamos, de los autores clásicos (en economía, filosofía, política). Pero ese presupuesto ideológico deberá servir como pivote para el arranque, como hipótesis que será contrastada.

Como retorno al marxismo entiendo lo necesario que se vuelve tener en cuenta el carácter dialéctico e histórico de los fenómenos, sin que esto signifique una vuelta al relativismo.

Pero, ¿es necesaria una teoría marxista, hic et nunc, en el ámbito de la ciencia económica? Lo es.

Primero, como contrapeso teórico. Segundo, como propensión hacia una praxis económica distinta. Finalmente, como sustento de un proyecto humano alternativo.

Si bien es cierto que la teoría neoclásica ha constituido un gran motor de análisis económico, esto no significa que sus conclusiones y sus métodos sean los más afortunados. Ni siquiera quiere decir que sean verdades incuestionables. Mucho menos, que no puedan –y deban- ser sustituidos.

No obstante, se ha erigido en torno a esto una idea de invulnerabilidad bajo la cual se enseña, se investiga y se difunde el conocimiento de la economía y de la sociedad. Esa invulnerabilidad entra en cuestión al momento de aplicar la teoría a la realidad, que es mucho más compleja de lo que la economía neoclásica supone. Como en cualquier período de crisis, ese cuestionamiento es hoy aún más taxativo.
Si bien es cierto que después de la obra originaria –digamos Marx, Engels y Lenin-, los aportes científicos fueron menguando bajo el peso de la cuestión ideológica y de la coyuntura política, esto no quiere decir que los primeros hayan desaparecido por completo, ni que se hayan extinguido las posibilidades de su desarrollo. De hecho, como señala Gorz, la necesidad de una defensa a toda costa de los principios ideológicos, llevó a que dicha esfera fuera preponderante por sobre la necesidad de un desarrollo científico, opacando a éste último pero no eliminándolo.

Los aportes de autores como Poulantzas, Miliband, Gorz, Gramsci, Konstantinov, etc., sólo abarcaron el ámbito de lo filosófico, lo sociológico, lo político y/o metodológico, quedando casi al margen el desarrollo científico en el área específicamente económica. Excepción a dicha tendencia lo constituyen las obras de Baran, Sweezy, Shaikh y algunos otros autores. Son, sin embargo, aportes que difícilmente son conocidos en nuestro país.

La caída del muro de Berlín, que constituyó un símbolo de la economía socialista, hizo emerger una conciencia de superación del socialismo, y del marxismo como su basamento teórico.

Sin embargo, como superación del método de análisis se entiende algo bien distorsionado: la economía contemporánea podrá explicar la relación entre variables económicas, pero lo hace en su forma más fetichizada, en su sola expresión de magnitudes. Por ejemplo, se explica que hay una relación inversa entre tasa de interés y nivel de inversión, y que dicha tasa de interés depende de los movimientos de la oferta y la demanda de dinero. Luego al haber una reducción de la oferta de dinero, la tasa de interés aumentará y se reducirá la inversión. Ello es cierto, pero limitado. Y es limitado en tanto que se obvian las relaciones económicas prevalentes en una sociedad que dan a pie a los movimientos monetarios (y eso sólo en la medida en que hay condiciones productivas específicas a su base). Esta distorsión, por tanto, revela una superación sólo aparente.

Pero el segundo aspecto es incluso más absurdo. Se sostiene que el proyecto marxista –la sociedad socialista, como requisito de la comunista- es ya una cuestión superada , dado que el capitalismo ha creado las condiciones para la satisfacción plena de las necesidades, pero además porque, aunque lentamente, esas condiciones se van traduciendo en una satisfacción efectiva.

Esto sin embargo proviene de la asociación mecánica de desarrollo con elementos aislados como poder de compra, ingreso per capita, nivel de consumo, etc. Dicho de otro modo: se identifica el desarrollo económico y humano con la mejora en ciertas categorías mercantiles. Aun cuando eso fuera posible, lo cierto es que la mejora en la distribución del producto no ha mejorado sustancialmente, y que la explotación de la fuerza de trabajo sigue en pie.

Pero además, aunque se cumpliera, sigue siendo cuestionable la forma, el carácter y los mecanismos en que se basa esa “mejora”, ese “desarrollo”. En primer lugar, la expansión de las posibilidades de consumo se ha dado a través de la destrucción extensiva del medio ambiente y de sus funciones, tanto al utilizarlo como fuente de materias primas y recursos, como al usarlo como lugar de depósito de los residuos generados en los procesos de producción y consumo.

En segundo lugar, dicha “mejora” nada nos dice de la realización de los individuos como personas. Aun cuando esa mejora fuera efectiva en términos materiales, ello no salva el problema de la enajenación individual y colectiva, no abona a la necesidad de la realización del hombre como hombre. Del ser como ser. Por el contrario, la sustituye como una realización a través de la propiedad, del ser por el tener.
¿Eso no es caer en el terreno de la ética, de las consideraciones morales? Por supuesto. Pero toda actividad humana debería llevarse hasta ahí. La praxis económica sólo puede ser separada de la praxis humana como componente analítico, pero nada más.

En nuestro medio es poco –casi nulo- el análisis económico llevado a cabo desde un enfoque marxista.

Ello es producto de dos cosas: primero, la débil tradición de un pensamiento propiamente marxista –que debe ser diferenciado de un pensamiento simplemente de izquierda- en los ámbitos académico-científico y político. Pero también es resultado de lo que ya mencionaba más arriba, a saber: la falsa conciencia de que ha sido superado el método analítico y el proyecto histórico del marxismo en la esfera de la economía.

Para que el marxismo retome su puntal dentro de la teoría económica hay que tener claros los objetivos que persigue la ciencia económica –como expresión de la necesidad de reproducción de la existencia material del ser humano- y, con ello, darse cuenta que los fines de la teoría marxista son ciertamente necesarios. Y esto a la vez que ciertas conclusiones, ciertos métodos y ciertos análisis pierdan su carácter cristalizado, su dimensión de dogma, su consideración como necesariamente ciertos.
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