"Estos dos grandes descubrimientos: la concepción materialista de la historia y la revelación del secreto de la producción capitalista, mediante la plusvalía, se los debemos a Marx. Gracias a ellos, el socialismo se convierte en una ciencia, que sólo nos queda por desarrollar en todos sus detalles y concatenaciones." Federico Engels, Del Socialismo Utópico al Socialismo Científico.

24.4.09

La base del socialismo

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Extractamos un planteamiento breve, de la esencia del socialismo, que es una sociedad que se organiza en base al principio del trabajo: a cada cual según su trabajo y a cada quien según su capacidad. Nos parece que en el proceso de construcciòn del socialimso del Siglo XXI es una necesidad reflexionar y examinar las concretizaciones de este principio y sus implicaciones básicas (debe profundizarse y ampliarse a sus implicaciones éticas, partidarias y políticas).

Partiendo de esta definición clásica también se afirma que el comunismo serà una sociedad organizada bajo el principio del trabajo pues aunque la palabra "trabajo" no se encuentre explìcita en la frase "a cada cual segùn su necesidad, a cada quien según su capacidad", en el comunismo, de acuerdo a la doctrina marxista, se tratará de construir una sociedad en donde el trabajo sea una "necesidad vital" como afirmaba Max.

Engels desarrolló la teoría de que el trabajo ha creado las grandes cualidades humanas, moldeando nuestro cuerpo, desarrollando nuestros pies, manos y cerebro, ha creado el lenguaje, ampliado y profundizado nuestra convivencia social de mejor calidad. Por ello la humanidad se conduce a la liberaciòn de la explotaciòn del trabajo.

Como ha sido a lo largo de la historia humana, en el comunismo el trabajo también será la forma fundamental en que la sociedad generarà los bienes y servicios que cubran sus necesidades. El trabajo tendrá una potencia productiva inmensa, resultante de adelantos como la robotización, por ejemplo, que es también producto del trabajo. Debido a ello la distribuciòn de bienes y servicios podrá estar en función de las necesidades, pero tambièn de las capacidades para trabajar que seràn, a su vez, diferentes entre las personas. En función de este diferencial en la capacidad para laborar es que nosotros afirmamos que en el comunismo habrá, valga la redundancia, diferencias sociales. Las diferencias sociales que provengan de la explotación del trabajo serán erradicadas. En el comunismo no existirán clases sociales partiendo de la propiedad privada de medios de producciòn fundamentales.

La lucha contra la explotación del trabajo implica la lucha por la emancipación de las capacidades para trabajar. No se puede hacer una sin la otra. Si no, se cae en el fomento del parasitismo social.

La capacidad para trabajar como elemento de contribución y diferenciación social está presente en el principio del trabajo del socialismo y el comunismo. Hay que recordar que Lenin utilizó por primera vez el concepto de "competencia socialista" y trabajar en su estudio. Por ello la teorización y la aplicación relacionada con los estímulos materiales y morales para trabajar y con las transgresiones e injusticias en contra de la capacidad humana para trabajar, en todas las dimensiones, son temas centrales en la construcción del socialismo del siglo XXI y en consecuencia del comunismo.

A continuación el artículo que referimos sobre la temática central del trabajo en el Socialismo.


A cada uno según su trabajo

Francisco Umpiérrez Sánchez
Rebelión


“En todas las situaciones tuvo que interesarles a los hombres el tiempo de trabajo que cuesta la producción de los medios de subsistencia, aunque ese interés no sea el mismo en los distintos estadios del desarrollo”. El Capital, Karl Marx.

Pablo González, moderador del foro economistas rojos, a raíz de mi trabajo “Socialismo y ciencia” publicado en Rebelión, hace algunas afirmaciones y me formula algunas preguntas. Afirma que mi concepción del socialismo es plana y cerrada, no dialéctica, que no hablo nunca del comunismo, que el socialismo es una etapa de transición al comunismo, y que la economía comunista se basará en los bonos de tiempo de trabajo. Y me pregunta: ¿habrá mercado comunista en el comunismo?

Responderé a todas estas cuestiones por partes.

La primera pregunta que debemos hacernos es en qué época histórica nos encontramos. Yo creo que nos encontramos en la época de transición del capitalismo al socialismo y no en la época de transición del socialismo al comunismo. De manera que lo materialista será hablar de cuáles son los rasgos de transición del capitalismo al socialismo, y lo dialéctico será concebir la época actual como una época de transición. Una de las leyes de la dialéctica más olvidada es la de que entre los contrarios hay transición y no sólo oposición y negación. Lo antidialéctico es concebir el capitalismo y el socialismo como dos contrarios que sólo se oponen y entre los cuales no hay transición. Y concebir la época actual, como sucede en el pensamiento económico de Ernesto Guevara, como la época de la transición del socialismo al comunismo es idealismo.

Originariamente, antes que el socialismo se hiciera real, el comunismo se dividía en dos etapas: socialismo y comunismo. Se reconocía que el socialismo era una etapa necesaria porque se percibía con claridad que el Estado socialista seguiría siendo una forma de organización de la violencia, que seguiría estando dotado de ejército, policía y cárceles.

No obstante, en el ámbito de la economía se pensó que en el socialismo la riqueza no se produciría como mercancía sino por medio de un plan científico. La práctica ha demostrado que esto no es así: en el socialismo, incluso en las economías socialistas planificadas, las determinaciones mercantiles han estado y siguen estando presentes. La práctica ha demostrado que en el socialismo la riqueza se tiene que seguir produciendo como mercancía. Y en el ámbito de la teoría se ha vuelto crucial distinguir con claridad la forma mercantil de la riqueza de la forma de capital.

La economía socialista se rige por el principio de a cada cual según su capacidad y a cada uno según su trabajo.

De manera que en esta época quien más trabaja más salario debe cobrar, y quien menos trabaja menos salario debe cobrar; al igual que quien realiza una trabajo de mayor calidad debe ganar más que quien realiza un trabajo de menos calidad.

Dada esta determinación de a cada uno según su trabajo, dado que este principio creará inevitablemente diferencias de fortunas entre los hombres, es obvio que el miembro de la sociedad socialista será todavía una persona egoísta.

Por el contrario, la economía comunista se rige por el principio de a cada cual según su capacidad y a cada uno según su necesidad.

Aunque yo trabaje mayor número de horas que otra persona o mi trabajo sea de mayor calidad, no por ello percibiré un salario más grande que el suyo.

Yo percibiré como salario lo que necesite para vivir.

Serán mis necesidades las que determinen con qué parte de la riqueza creada por todos me quedaré yo, y no la cantidad y la calidad de mi trabajo.

El miembro de la sociedad comunista será una persona comunista, una persona que no desglosa su interés personal de su interés social, sino que en vida diaria el interés social será el predominante y con el que hará coincidir su interés personal.

Dicho de otra forma: la persona comunista es aquella persona cuyo interés personal es su interés social.

La cita que aparece al inicio de este trabajo destaca que en todas las situaciones sociales debió interesarle al hombre el tiempo que cuesta producir la riqueza.

Yo creo que en el comunismo los hombres no serán tan tontos como para dejar de lado la ciencia económica, al igual que tampoco dejarán de lado el resto las ciencias naturales, históricas y filosóficas.

Y si esto es así, seguirá siendo necesario saber cuánto cuesta producir la riqueza.

En el comunismo el Estado seguirá existiendo como administración económica.

De manera que el cálculo de lo que cuesta producir la riqueza seguirá siendo esencial. La ley del valor seguirá imperando. Pero ya no se manifestará como una ley ciega que genera desequilibrios entre los hombres, sino que su conocimiento científico habrá permitido a los hombres liberarse de su dominio.

Con el comunismo la sociedad no se para, como si todo estuviera dicho, seguirá su marcha, y con ella su marcha económica. Las leyes objetivas del desarrollo social seguirán existiendo en el comunismo, la diferencia con respecto a las épocas precedentes estriba en que estarán bajo el dominio conciente de los hombres.

No creo que pagar mediante bonos de trabajo en vez de por medio del dinero sea signo de un cambio en las relaciones sociales de producción entre los hombres.

Creo que el bono trabajo es una forma imperfecta y artificial de dinero. El bono trabajo se emplea como medio de pago por parte de la empresa y como medio de compra por parte del trabajador. Por lo tanto, el bono de trabajo no queda libre de las determinaciones mercantiles.

Y vuelvo y repito: es una forma imperfecta y artificial de dinero. La pregunta sería ahora esta otra: ¿es el bono de trabajo un medio de compra más eficaz que el dinero y un mejor modo de distribuir la riqueza? Respondo con rotundidad que no.

En el comunismo desaparecerá la lucha de clases, pero no la lucha por la producción y la lucha por la ciencia.

Francisco Umpiérrez Sánchez es director del CEKAM
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