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Sobre Justicia Social, Partido y Gobierno
1. Existen diferencias entre Partido y Gobierno.
El Partido revolucionario socialista tiene en la permanencia el medio de consecución de sus finalidades y el Gobierno tiene en la temporalidad el medio limitante para materializar sus promesas de campaña y su plan o programa de Gobierno.
La finalidad del Partido se concreta en el largo plazo, históricamente determinado, la finalidad del Gobierno se agota en el corto plazo, de cinco años, normalmente.
2. La esencia de un Partido Revolucionario Socialista se define por su finalidad, científicamente establecida, de la posibilidad de construir un sistema social con justicia económica, basado en el principio de que cada persona debe retirar del producto social lo que le corresponde de acuerdo a la complejidad y exigencia del trabajo productivo que desempeñe y a su capacidad y habilidades constatadas para desempeñarlo: a cada cual según su trabajo y a cada quien según su capacidad, es el principio de organización socialista del trabajo.
Esta lucha por concretar la finalidad socialista, como nos enseñó el caso de la URSS, discurre entre el ser y el deber ser histórico, entre flujos y reflujos históricos, consolidaciones y disoluciones, procesos pacíficos y violentos y la construcción de un nuevo sistema social no es cosa de un quinquenio, como lo es el caso de un plan o programa de Gobierno.
3. Las finalidades sociales son la columna vertebral de la acción política.
El ser humano es el único ser que transforma y hace las cosas con finalidades conscientes.
En los animales la acción tiene finalidad también pero es instintiva, no consciente. Los seres humanos transformamos todo con una dirección consciente: la naturaleza, nuestro mismo pensamiento y nuestra sociedad; porque somos pensantes, porque actuamos con claridad de las finalidades,
La ideología partidaria es una expresión de la conciencia de la finalidad de la sociedad humana: se aspira a una sociedad justa, solidaria, productiva, generadora de riqueza y de bienestar económico y social.
La teoría y la ideología partidaria tienen su propia dimensión y se cultivan por medio de la organización práctica, educación política y estudio e investigación científica tomando como base la dialéctica materialista, sobre todo aplicada a la historia de la sociedad, con metodología y concepción del materialismo histórico.
4. Las finalidades se transforman en una fuerza física.
Las finalidades trascendentes, estructuradas en un Partido Revolucionario Socialista constituyen el esqueleto y el cerebro de la sociedad y consecuentemente de su Gobierno.
La temporalidad de un plan o programa de Gobierno solamente puede, en medio de fricciones, conectarse para ejercer una función transformadora consciente, encaminada a la construcción de un sistema económico social libre de explotación, por la vía de la posible incidencia que un Partido tenga en la sociedad y en el mismo Gobierno.
Pero el Partido no debe confundirse con el Gobierno, ni viceversa.
Pueden existir, como de hecho, existen, militantes del Partido que ejerzan como funcionarios gubernamentales, pero, como entidades, el Partido y el Gobierno son entidades diferentes, con diferentes finalidades.
Las finalidades del Partido y del Gobierno son diferentes, pero pueden ser compatibles sobre todo cuando un Partido, como el nuestro, ha ganado las elecciones por primera vez en la historia nacional.
La finalidad temporal del Gobierno puede conectarse con la finalidad permanente del Partido y esto no lo hace el Gobierno y su estructura, sino que lo hace el Partido, por múltiples vías y formas, especialmente las de la movilización social y el apego al cumplimiento de la lucha y conquistas democráticas estampadas en el Programa de Gobierno, consensuado y socializado, entre personas e instancias comprometidas.
En nuestro caso, en el marco del proceso de erradicación del modelo neoliberal, como se dejó consignado en uno de los párrafos del Programa de Gobierno..
La exigencia concreta, en política, es un medio de avanzar en la lucha, es un planteamiento que se convierte en fuerza física, organiza voluntades y energías para lograrla; forma parte de la táctica y dependiendo de su correspondencia con la realidad, planteamiento aceptable y mecanismo de exigencia se convierte en una exigencia ineludible y de necesaria adopción para todas las fuerzas políticas, individuales y colectivas.
Evaristo Hernández
Noviembre 2009
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