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29.8.25

Sobre filosofía económica del Socialismo en el Siglo XXI



Socialismo contemporáneo: entre Smith y Saint-Simon
Índice inicial
1. Introducción
2. El socialismo del siglo XXI y sus dilemas filosóficos
3. La mano invisible de Adam Smith
4. Saint-Simon y el principio de justicia del trabajo
5. El vínculo dialéctico entre beneficio individual y justicia social
6. La experiencia china: hacia la prosperidad común
7. Conclusión

1. Introducción
El socialismo del siglo XXI, especialmente el que se desarrolla en China, no es un producto espontáneo ni improvisado. Es el resultado de un proceso histórico de acumulación de prácticas y experiencias en el ámbito político, económico y social. La experiencia soviética, las reformas en Europa del Este y la evolución particular del modelo chino han configurado un escenario en el cual surge la necesidad de formular una nueva teoría socialista.
Esta teoría, sin embargo, enfrenta una serie de problemas filosóficos de fondo que no pueden resolverse únicamente desde la práctica política o económica. Entre ellos, se destacan dos dilemas centrales:
¿Cómo aprovechar el principio de la motivación individual y el beneficio propio como motores de desarrollo?
¿Cómo garantizar que ese desarrollo se traduzca en beneficio colectivo y justicia social?
Para responder a estas preguntas, es necesario examinar y vincular dos tradiciones intelectuales fundamentales: la teoría liberal de Adam Smith y la propuesta proto-socialista de Saint-Simon.

2. El socialismo del siglo XXI y sus dilemas filosóficos
La teoría socialista contemporánea reconoce que, para consolidarse, no basta con contraponerse al capitalismo. Es imprescindible replantear la relación entre individuo y sociedad. En la historia del pensamiento moderno, esta tensión ha sido formulada de manera paradigmática por Smith y Saint-Simon, cuyas visiones, aparentemente irreconciliables, expresan las fuerzas que hoy deben integrarse en un nuevo marco teórico.

3. La mano invisible de Adam Smith
Adam Smith, en La riqueza de las naciones (1776), defendió la idea de que cada individuo, al perseguir su propio beneficio, contribuye indirectamente y sin proponérselo al bienestar de la sociedad. Este mecanismo espontáneo, al que denominó “mano invisible”, se basa en la competencia y en la libertad de mercado capitalista (recordemos que existen históricamente y geográficamente, mercados no capitalistas).
La lógica de Smith sostiene que la búsqueda del interés personal impulsa a los individuos a innovar, producir más y mejor, y masificar la producción y la comercializaci{on lo que genera efectos positivos para toda la comunidad. La iniciativa privada y la libertad individual, en este sentido, no son obstáculos para la sociedad, sino motores de su progreso.
Sin embargo, esta concepción parte del supuesto de que es posible regular el mercado capitalista, o que este es capaza de autorregularse y que la competencia evita los abusos y que al final resulta una elevación de la calidad, cantidad, diversidad, masificación de productos y reducción de precios. En la práctica, la historia ha mostrado que la inflación es consustancial al capitalismo, asimismo la acumulación de riqueza y creciente pobreza, y los monopolios y la explotación humana son consecuencias de esta misma dinámica.

4. Saint-Simon y el principio de justicia del trabajo
En contraposición, Saint-Simon planteó a comienzos del siglo XIX una visión distinta del orden social. Para él, el progreso humano dependía de la cooperación racional y de la organización colectiva de la producción, no de la competencia desenfrenada.
Su principio rector puede resumirse en la fórmula: “A cada quien según su capacidad; a cada cual según su trabajo.” Esto significa que los derechos y beneficios de los individuos deben estar ligados a su esfuerzo productivo y a sus capacidades reales, y no simplemente a la herencia o a la propiedad privada. Saint-Simon concebía una sociedad en la que científicos, técnicos y trabajadores desempeñaran un papel central en el progreso social.
Esta concepción inspiró a Marx y Engels, quienes radicalizaron la propuesta en una crítica al capitalismo: los individuos aportarían según su capacidad y recibirían según sus necesidades en una sociedad comunista que elevaría los niveles de producción a tal grado de satisfacción de las necesidades. Así, Saint-Simon abrió la puerta a una reflexión sobre la justicia social que sigue siendo central en las teorías socialistas.

5. El vínculo dialéctico entre beneficio individual y justicia social
En nuestra opinión el reto actual del socialismo no consiste en optar entre Smith o Saint-Simon, sino en vincular dialécticamente ambos principios en el proceso de construcción revolucionaria del Socialismo.
Si se privilegia únicamente la lógica smithiana, se corre el riesgo de reproducir un modelo desigual que concentra la riqueza en pocas manos.
Si se privilegia exclusivamente la lógica saint-simoniana, se puede caer en un colectivismo rígido que ahogue la creatividad individual y reduzca los incentivos.
La clave, al parecer, es diseñar instituciones que permitan que la iniciativa personal y la búsqueda del beneficio individual se traduzcan en un bienestar compartido, y que la cooperación social no anule sino que potencie la creatividad, la innovación y la creciente elevación de niveles de calidad, cantidad, diversidad y masificación de producción y consumo.
.
6. La experiencia china: hacia la prosperidad común
La experiencia china en las últimas décadas constituye un ejemplo de este intento de síntesis. Bajo el concepto de “socialismo con características chinas”, también denominado "socialismo de mercado" o, "socialismo con mercado" como decía muy agudamente el Padre Ibisate, de la UCA de El Salvador, ya fallecido. La República Popular China ha promovido la iniciativa privada, la competencia y la apertura al mercado capitalista, pero siempre bajo la dirección del Estado y con un horizonte de prosperidad común.
El principio es claro: la riqueza generada por algunos sectores debe convertirse en un recurso que beneficie al conjunto de la sociedad. De esta manera, se intenta equilibrar el dinamismo de la iniciativa individual con la necesidad de justicia social.
Este modelo no está exento de tensiones ni contradicciones, pero representa un esfuerzo por resolver el dilema filosófico que se encuentra en el centro del debate socialista contemporáneo.

7. Conclusión
El socialismo del siglo XXI necesita construir una nueva teoría que resuelva el dilema filosófico planteado entre Adam Smith y Saint-Simon. No se trata de elegir entre la mano invisible o la justicia del trabajo, sino de construir una síntesis superior que articule ambos principios.
El desafío consiste en garantizar que la búsqueda del beneficio individual no derive en egoísmo destructivo y que la organización colectiva no anule la libertad creativa. Solo mediante esta síntesis dialéctica será posible avanzar gradual y/o radicalmente hacia un sistema y/o modelo económico-político alternativo al capitalismo global, capaz de responder a los desafíos sociales, económicos y ambientales del presente.

25.5.23

Origen del principio socialista del trabajo


El principio socialista de "a cada quién según su trabajo y de cada cual según su capacidad" tiene su origen en las ideas de los primeros pensadores socialistas, como Henri de Saint-Simon, Louis Blanc y Étienne Cabet, que proponían una sociedad basada en la cooperación, la igualdad y la justicia. Estos autores defendían que cada persona debía contribuir al bien común según sus habilidades y recibir una recompensa acorde a su esfuerzo. De esta forma, se eliminaba la explotación capitalista y se garantizaba el derecho a las necesidades básicas de todos los seres humanos.
Este principio fue retomado por Karl Marx en su Crítica del Programa de Gotha, donde lo contrapuso al principio burgués de a cada cual según su aporte. Según Marx, este último principio aún conservaba el sello de la vieja sociedad capitalista, pues no aseguraba la igualdad real entre los individuos, que tenían capacidades y situaciones diferentes. Por eso, Marx planteó que, en la fase superior de la sociedad comunista, el principio que debía aplicarse era el de "a cada cual, según sus necesidades", que implicaba una distribución más equitativa y solidaria de la riqueza colectiva.
El principio socialista de "a cada quien, según su trabajo y de cada cual según su capacidad" ha sido defendido por diversos movimientos y corrientes políticas a lo largo de la historia, como el socialismo utópico, el anarquismo, el socialismo democrático y el marxismo-leninismo.

24.6.14

Tres fases de Saint Simon

*
Las cursivas en negrillas son para efectos de estudio.

*
El pensamiento sociológico de Saint Simon (1760 – 1825)


Antonio Emmanuel Berthier

Introducción.

Saint Simón puede considerarse el primer antecedente de la sociología posterior a la Revolución Francesa. Preocupado por lo que consideraba una tendencia desorganizadora de la sociedad, Saint Simón rechazó la especulación filosófica acerca del orden social y a partir de una visión organicista propia del siglo XIX, encauzó sus esfuerzos intelectuales a la fundación de una nueva ciencia que tuviera por objeto al mundo social y que tuviera como principios rectores la organización y la creatividad.

Podemos dividir el pensamiento de Saint Simón en tres fases: un periodo caracterizado por una ruptura epistemológica con respecto a la reflexión social de su época y el nacimiento de su “fisiología social”; un periodo liberal donde destaca la necesidad de encauzar el conocimiento científico y la política hacia la creación de un régimen industrial; y la tercera fase donde su visión industrialista lo lleva a oponerse al liberalismo y el principio de proviedad privada, dando lugar a un socialismo utópico.

Ruptura epistemológica y nacimiento de la fisiología social (1802 – 1815)

Esta fase se caracteriza por la ruptura epistemológica que manifiesta el pensamiento saintsimoniano con respecto a los métodos intelectuales de su tiempo influenciados fuertemente por el pensamiento ilustrado. Saint Simon proclama una nueva forma de pensamiento social y político, una auténtica “revolución científica”.

Opuesto a la metafísica filosófica ilustrada de la que adquirió sustento ideológico el movimiento revolucionario francés, Saint Simon propone la construcción de un “nuevo sistema intelectual”, un pensamiento científico caracterizado por su convicción creadora, positiva, con un denotado interés reorganizador de la sociedad que permita revertir el daño que a los tejidos sociales ha causado el pensamiento tradicional fundado en la crítica al orden establecido y la desorganización social.

Saint Simón considera necesaria una nueva disciplina que arrebate la reflexión sobre la sociedad social a la teología legitimadora del orden monárquico y a la metafísica filosófica provocadora del caos. Esta nueva disciplina debería constituirse como en una “fisiología social” entendida como la ciencia positiva del hombre y las sociedades, con especificidad e identidad propias. Su aspecto positivo demanda a esta nueva disciplina fundar su conocimiento en la observación objetiva del orden social para desentrañar las funciones que dentro de él cumplen las organizaciones sociales concebidos a semejanza de órganos que componen un organismo viviente. Para Saint Simón, las instituciones sociales revelan una composición y funcionamiento específicos que deben ser considerados no desde una posición crítica que privilegie el cómo deben ser dichas instituciones sino desde una posición científica que nos revele lo que les es propio y su forma de participación en las transformaciones presentes y futuras de los procesos sociales.

Con la creación de la “fisiología social” Saint Simón pretende lograr la empresa de “hacer entrar en la categoría de las ideas de la física los fenómenos del orden llamado moral”; sólo un estudio positivo de los sistemas sociales puede descubrir las leyes del funcionamiento social y permitir la instauración de prácticas políticas que conduzcan al restablecimiento del orden social. A esta forma de acción política derivada de la práctica científica Saint Simón le designará “sistema de política positiva”.

Fase sociológica industrialista (1816 – 1825)

Un aspecto importante de la obra de Saint Simón, que acompaña a su sociología, es su pensamiento liberal desarrollado entre 1816 y 1818. Durante este periodo, el interés del autor se centra en combatir a la Monarquía Electiva francesa y al movimiento de restauración. Saint Simón consideraba al régimen monárquico el causante de la situación de desventaja política y económica en que se encontraban los industriales, gremio al que por cierto pertenecía. A través de publicaciones colectivas como “la industria” o “el organizador”, auspiciadas por industriales y el Banco de Francia, Saint Simón destacó el carácter progresista de la clase industrial reconociendo el ella la base de desarrollo de la sociedad. Todo cuanto permite el mantenimiento de la sociedad e incluso de la monarquía y sus ejércitos es producto del trabajo industrial. Saint Simón exige a los industriales tomar conciencia de éste, su papel dentro de la sociedad y a organizarse en un partido para competir por el poder político y sentar las bases de un nuevo régimen industrial con la orientación de la naciente ciencia social:

“Toda sociedad se apoya en la Industria. La Industria es la única garantía de su existencia, la fuente única de todas las riquezas y de toda prosperidad. Por esta sola razón, pues, el estado de cosas más favorable a la Industria es también el más favorable a la sociedad. He aquí, simultáneamente, el punto de partida y el fin de todos nuestros esfuerzos.”

La fisiología social, encargada del estudio de los sistemas sociales, deberá demostrar que la producción industrial constituye el factor determinante de las sociedades modernas; deberá asimismo investigar las aportaciones directas de la industria al orden social a fin de diseñar un sistema político adecuado a las necesidades de la nueva sociedad industrial.

Periodo industrialista socialista (1818 – 1825)

A pesar de su inicial coincidenca teórica y política con el liberalismo, en la última etapa de su vida, Saint Simón da un giro inesperado que lo colocará en el lado opuesto al pensamiento liberal. Para ser consecuente con su análisis sociológico de la nueva sociedad industrial, Saint Simón además de invitar a los productores a fundar un partido político para reclamar libertad económica, los incita ahora además a transformar la naturaleza de las relaciones sociales existentes e impugnar el principio capitalista de la propiedad privada. Para el pensador, el desarrollo de la producción en el orden industrial obligará tarde o temprano a subordinar a éste fin las reglas de la propiedad y a replantear el principio de libertad del liberalismo económico. Este principio permite establecer un puente entre la última etapa del pensamiento saintsimoniano y el pensamiento socialista de Karl Marx.
Berthier, A., (2007) El pensamiento sociológico de Saint Simon. 
(Descargado el día martes 24 de junio de 2014)
*

27.5.12

Catecismo de los Industriales

*
Las negrillas, sangrías y separación de algunos párrafos son nuestros para efectos de estudio.

Tomado de:

http://www.estudiantesdefsoc.com.ar/sociologia/43-historia-del-conocimiento-sociologico-i/155-catecismo-politico-de-los-industriales.html

Catecismo politico de los industriales

Historia del Conocimiento Sociológico I. Cátedra: Fernandez.

Doctrina, Resumen.

Catecismo político de los industriales.
Saint Simon

Un industrial es un hombre que trabaja en producir o poner al alcance de los miembros de la sociedad uno o varios medios materiales de satisfacer sus necesidades o gustos físicos y forman 3 grupos cultivadores, fabricantes y negociantes.

Deberían ocupar el primer rango porque son lo más importante, porque subsiste por sí misma. Las otras clases deberían trabajar para ella, todo debe hacerse para la industria.

En la actual organización social ocupan el último lugar, se les da mayor importancia a ociosos y otras actividades de menor utilidad.

En este catecismo propone indicar a los industriales los medios para aumentar en un máximo su bienestar, los medios que deben conocer para acrecentar su importancia social. Por una parte presentarles el cuadro de su verdadera situación social, muy inferior a lo que debe ser puesto que son los más capaces. Y por otra parte trazarles la marcha a seguir para situarse en el primer rango, bajo el aspecto de la consideración y del poder.

Antes de la revolución había tres clases nobles, burgueses e industriales, de los cuales nobles e industriales les pagaban a los nobles, pos revolución los industriales pagan a nobles y burgueses.

Los medios violentos valen para derribar, para destruir, pero sólo para eso. Para edificar son necesarios los medios pacíficos, para establecer las constituciones sólidas.

Ellos son esencialmente pacíficos, no fueron los industriales quienes hicieron la revolución, sino los burgueses, es decir: los militares que no eran nobles, los legistas plebeyos, los rentistas que carecían de privilegios.
Los industriales saben que son los más capaces de dirigir como es debido los intereses económicos de la nación, pero no llevan hacia delante esta idea por temor a perturbar la tranquilidad momentáneamente
. Ellos sólo emplearán medios pacíficos de discusión, persuasión y demostración para hacer salir a nobles, militares, legistas, rentistas y funcionarios públicos de la administración y hacer salir de ellos la alta dirección de la riqueza pública.

En cuanto a fuerza física poseen la superioridad, por mayoría, ellos producen la riqueza, por lo tanto, poseen la fuerza económica. También poseen la superioridad en cuanto a inteligencia, poseen todas las características para pasar de gobernados a gobernantes.

4 partes o épocas:

1.Desde el establecimiento de los francos en las Galias hasta la primera Cruzada.

2.Desde la primera cruzada al reinado de Luis XI.

3.Desde el reinado de Luis XI hasta el reinado de Luis XIV, ambos comprendidos.

4.Desde el reinado de Luis XIV hasta el establecimiento del sistema de crédito.

Tras estos hechos está lo que acontece a la clase industrial.

1.Desde el establecimiento de los francos en Galias a la primera cruzada tuvo lugar una operación política importante, la formación de la nación francesa compuesta de francos (jefes militares de la nación y directores del trabajo industrial: casi todas las tierras les pertenecían, eran aristócratas) y galos.

2.Desde la primera cruzada al reinado de Luis XI, las cruzadas ocasionaron derroches muy considerables a los aristócratas, es decir, a los francos: sus ingresos resultaron insuficientes para satisfacerlos, así se vieron obligados a vender franquicias a los galos que pudieran pagarlas. Los galos que las compraron fueron los artesanos que habían tenido, más que los otros, ocasiones y medios para hacerse con un patrimonio. También vendieron tierras a los galos y así las cruzadas determinaron la formación de la clase industrial en cuanto a clase distinta de la militar, compuesta por 3 estamentos:

1.

◦Galos propietarios de tierras, cultivadores y no militares.

◦Artesanos que consiguieron la libertad y que se han reunido en las ciudades.

◦Negociantes que importaban a Francia los tejidos fabricados en Asia y que hacían circular por el país los objetos de fabricación francesa.

2.

En el siglo XV la realeza había adquirido mucha fuerza en comparación a la época de la conquista de las Galias por los francos. Luis XI al subir al trono reconoció que la realeza era una institución política aún precaria, él concibió el proyecto de concentrar todo el poder soberano en la realeza, de anular la supremacía de los francos sobre los galos, de destruir el sistema feudal, de suprimir la institución de la nobleza y de constituirse en rey de los galos en lugar de ser jefe de los francos para triunfar en tal proyecto le era preciso combinar su autoridad con los intereses de una clase lo bastante fuerte para asegurarle el éxito: se alió a los industriales.

3.

Los industriales deseaban que el poder soberano estuviese concentrado en manos de la realeza, porque éste era el único medio de suprimir los obstáculos con los cuales se enfrentaba el comercio interior de Francia, aceptaron la alianza con la realeza y desde aquella época han estado ligados a ella. Luis XI fue el fundador de la alianza industriales-realeza contra la nobleza, entre el rey y los galos contra los descendientes de los francos en el Siglo XV.

Antes de la corporación de los industriales existían dos clases: la que mandaba y la que obedecía.

Cambian el carácter los industriales: desde sus orígenes no buscaron el mando.

Antes del Siglo XVIII, los cultivadores, los fabricantes y los negociantes se integraban en corporaciones separadas. Fue a final del reinado de Luis XIV cuando los industriales de esas tres ramas grandes de la industria se aliaron financiera y políticamente, gracias a la creación de una nueva especie de industria, cuyos intereses particulares están en acuerdo con el resto de industriales. La nueva formación dio lugar al sistema de crédito.

La protección otorgada por Luis XIV a la fabricación y al comercio había sido causa de notable impulso en estas dos ramas de la industria pero al haber tantas operaciones y grandes debían efectuar sus pagos e ingresos en distintos lugares, entonces el trabajo para saldar las cuentas les ocupaba muchísimo tiempo.
Así se forma la industria bancaria,
ellos comienzan a encargarse de esas tareas, de los movimientos del dinero. Así crece la fuerza económica de los industriales, incluso mayor a la del gobierno.

Los industriales habían realizado grandes progresos en capacidad, importancia y potencia real, las clases no industriales habían retrocedido en todos los aspectos y sin embargo la realeza continuó eligiendo a los administradores de la riqueza pública entre los miembros de dichas clases.

En 1817 se produce un inconveniente económico por la mala administración de la riqueza pública. Es estas circunstancias, los banqueros propusieron al gobierno que tomase todo el dinero necesario pero como condición:

•Que abandonaran la bárbara conducta financiera, que renunciase para siempre a declararse en quiebra; que alopatía la conducta industrial, es decir, leal; que pagaría íntegramente a todos sus acreedores, fuese cual fuese el origen de la deuda.

•Que este asunto se trataría de banqueros a gobierno de voluntad a voluntad.

Esto fue aceptado, así nació el crédito público. Así caduca el la recapitulación de los progresos industriales desde el establecimiento de los francos en las Galias a nuestros días.

En el presente la economía sigue en manos de los francos, administran la riqueza pública y los descendientes de los francos han conservado la orientación que recibieron de sus antepasados, de forma que la sociedad de hoy es una nación esencialmente industrial, cuyo gobierno es esencialmente feudal.

Primitivamente la totalidad del territorio había sido repartido por los francos. Por entonces, la potencia soberana estaba relacionada con la propiedad territorial. Cuando los descendientes de los francos se vieron embarcados en las cruzadas se vieron obligados a vender parte de las tierras y así, enajenaban una porción de su soberanía, los nuevos propietarios fuesen quienes fuesen se transformaban en nobles de poca monta. Este es el origen de la tercera sección de la clase intermedia.

Examinaremos su conducta desde el nacimiento a 1789.

Explica que quiere que la clase industrial gobierne, que las demás se subordinen a esta. La época actual es de transición.

El destino político de los industriales los llevará a constituir el primer rango social, los más importantes entre los industriales se encargarán de la riqueza pública, harán la ley y marcarán el rango de las demás clases, de acuerdo a los servicios que cada una haga a los industriales, así la tranquilidad estará asegurada, la prosperidad pública avanzará y la sociedad disfrutará de la felicidad individual y colectiva. El criterio para fundar esto es:

1.La recapitulación del pasado de la sociedad nos ha probado que la clase industrial había adquirido importancia de forma continuada, mientras que las otras la habían perdido continuamente; de aquí que la industrial debe constituirse como la más importante de todas.

2.La sociedad deberá alcanzar la meta de que la clase más capaz gobierne.

3.Los trabajos más útiles deben ser los más considerados; por ello, tanto la moral divina como la humana llaman a la clase industrial para desempeñar el papel social principal.

4.Los legistas y militares deben estar bajo las órdenes de los hombres más capacitados para administrar, porque una sociedad ilustrada no necesita ser administrada, las concepciones directrices deben ser hechas por los hombres más capacitados en administración y entre los industriales están estos.

“Nosotros seremos quienes nos propondremos elevar a los industriales al primer grado de consideración y poder”.

Durante la Revolución el papel fue virgen, 45 años llevó meditar y preparar aquello.

Como resultado hemos llegado a la conclusión de que para pasar del régimen en el cual los industriales están sometidos a los militares, legistas y rentistas, al orden social que deben dirigir los industriales, era indispensable cumplir una condición: la clara concepción de los industriales y hacerles ver esto a los más importantes de ellos, es decir mostrarles cómo emplear todas las capacidades útiles al servicio de la industria y en interés de los productores; por último, hemos reconocido que la empresa de que la sociedad está necesitada no ofrecía más que una dificultad: la de concebir con claridad el sistema industrial; que la dificultad consistía en hallar el medio de acordar el sistema científico, el sistema de educación pública, de religión, de bellas artes, y el de las leyes con el sistema de los industriales; que consistía en hallar el medio para que los sabios, los teólogos, artistas, legistas, militares y los rentistas más capacitados colaborasen en el establecimiento del sistema social más ventajoso para la producción y el más satisfactorio para los productores.

(Nombra a Comte como su discípulo)

“Se expresa con facilidad lo concebido con claridad”: luego de 45 años considera que se pueden exponer con claridad las ideas.

Desde el siglo XV el sistema feudal se ha ido desorganizando; el sistema industrial se ha organizado sucesivamente desde el mismo momento. Una buena conducta por parte de los jefes de los industriales bastará para establecer el sistema industrial y para hacer que la sociedad abandone el edificio feudal habitado por nuestros antepasados. Una vez organizados los parisinos, será más fácil la organización francesa y europea, en partidos políticos los industriales deben organizarse así se anulará al sistema feudal. El gobierno no podrá oponerse porque son pacíficos y no deben confundirse con liberales, la opinión pública es la reina del mundo y ellos son mayoría.

Resumen: es evidente que el régimen industrial es aquel que puede procurar a los hombres la mayor suma de libertad general e individual, asegurando a la sociedad tranquilidad. Tampoco puede pasarse rutinariamente del régimen feudal al industrial pues son radicalmente distintos incluso opuestos. El primero establece la mayor desigualdad posible, separándolos en dos clases, gobernantes y gobernados, haciendo hereditario el derecho de gobernar y transmitiendo de padres a hijos la obligación de obedecer.

El sistema industrial está fundado sobre la igualdad perfecta; se opone al establecimiento de todo derecho de nacimiento y privilegios. La moral humana y divina llama a poner esto en práctica. El cambio no es en relación a la realeza sino que tiende a otorgar al rey más tranquilidad y felicidad positiva, el rey será el primer industrial de su reino.

Critica la constitución inglesa.

Quien pregunta nombra el Espíritu de las Leyes de Montesquieu y dice que esos 3 tipos de gobierno son los únicos inventados: despótico, aristocrático y democrático. En la constitución inglesa se combinan las 3 formas, dice que es la mejor.

Saint Simon le dice que es bastarda. Dice que la especie humana ha sido llamada a vivir en sociedad, al principio bajo el régimen gubernamental o militar para ser destinada al industrial o administrativo tras los progresos de las ciencias positivas y de la industria. Largo proceso del sistema militar al pacífico.

Dice que la nación inglesa se halla en problemas en política interior y exterior esto lleva el tránsito al sistema industrial.

(Se produce una discusión entre ellos sobre el sistema inglés, quien entrevista lo defiende al sistema).

Saint Simon dice:

1.Inglaterra no tiene constitución, porque constitución es una combinación de la organización social, por medio de la cual todas las instituciones políticas de una nación derivan de un mismo principio y dirigen las fuerzas nacionales hacia un mismo fin, mientras que las instituciones sociales inglesas son de dos naturalezas distintas, las cuales dirigen las fuerzas nacionales de este pueblo hacia dos fines opuestos.

2.La constitución inglesa no debe ser modelo para Francia.

3.La crisis tanto en Francia como en Inglaterra acabará por establecer el sistema industrial, sino las que parecen ser mejores acabarán en la barbarie.

Le pide el que pregunta que refute a Montesquieu para justificar la empresa que propone. Saint le dice que él escribió hace muchísimo, que no es actual su estudio.

La Revolución francesa no tuvo lugar hasta casi pasado un siglo de la inglesa, necesariamente la francesa debe dar por resultado una mejoría de la inglesa. Considera un error admirar la política inglesa.

Lo que debe ser perfeccionado en Francia es la institución de la realeza. En Inglaterra debe ser reconstituida la dignidad de los pares. En Francia la realeza debe revestirse del carácter industrial y abandonar el feudal; mientras que en Inglaterra, antes que cualquier otra institución, es la dignidad de los pares la que debe despojarse enteramente del carácter feudal, para adoptar la marcha industrial.

Francia toma el ejemplo de Inglaterra, hecho demostrado en la acción de sus partidos.

“Todos los pueblos de la Tierra tienden a ir hacia el mismo fin; este fin hacia el cual tienden es el de pasar desde el régimen gubernamental, FEUDAL y MILITAR, al régimen administrativo, INDUSTRIAL y PACÍFICO, dicho de otra forma a desembarazarse de las instituciones cuya utilidad es indirecta, para establecer aquellas que sirvan directamente al bien común, las cuales siempre derramarán en provecho de la mayoría contra los intereses particulares.

Las naciones más alejadas a dicho fin son hoy en día la francesa e inglesa, el resto de los pueblos europeos se han acercado.

Será la clase industrial quien provoque el cambio y el rey quien lo revista legalmente.

Se le pregunta qué lenguaje emplearán los industriales con el rey, bajo qué forma le presentarán sus ideas. Les responde que a través de un placet: (escribe todos los placet).

Dice que todos los franceses cuya importancia o existencia depende de los éxitos que obtienen en los trabajos industriales que les ocupan; es decir, debe ser firmado por más de 25 millones de franceses.

Resumen:

1.Que la especie humana siempre ha tendido hacia la meta del establecimiento político del sistema industrial.

2.Cada pueblo ha seguido un camino distinto y ha adoptado una marcha particular para alcanzar dicha meta.

3.Las naciones francesa e inglesa son las más próximas a la meta: La inglesa más cerca que la francesa pero no es más que una ilusión porque la francesa está más cerca.

4.En Francia un decreto bastaría para establecer el régimen industrial y esto sería alcanzado si se le suplicase al rey que es por la tranquilidad y prosperidad nacional.

5.Cuando Francia lo haya hecho Inglaterra no tardará en imitarla.

6.Una vez establecido en ambos, la crisis habrá concluido.
*

11.11.11

Postulados de Saint Simon

*
Los extractos, negrillas, sangrías, supresión y separación de algunos párrafos son nuestros para efectos de estudio.

Con las citas, pretendemos "apuntalar" el planteamiento nuestro de que en el Socialismo Inicial, el espíritu emprendedor e innovador, forma parte sustancial del forjamiento de una nueva sociedad. En la época de Saint Simon el emprendedurismo se materializaba en la progresiva clase de los industriales, que lideraban la derrota económica del régimen feudal parasitario. En el capitalismo, ser emprendedor se confunde con ser explotador; en el Socialismo Inicial, debe existir una diferencia, no debe ser explotador el emprendedor, pero si debe constituirse en el sector más capaz de la sociedad para gobernar ocupando el primer rango social.

Tomado de:

http://www.estudiantesdefsoc.com.ar/sociologia/43-historia-del-conocimiento-sociologico-i/155-catecismo-politico-de-los-industriales.html

1.

Un industrial es un hombre que trabaja en producir o poner al alcance de los miembros de la sociedad uno o varios medios materiales de satisfacer sus necesidades o gustos físicos y forman 3 grupos cultivadores, fabricantes y negociantes.

Deberían ocupar el primer rango porque son lo más importante, porque subsiste por sí misma. Las otras clases deberían trabajar para ella, todo debe hacerse para la industria.

En la actual organización social ocupan el último lugar, se les da mayor importancia a ociosos y otras actividades de menor utilidad.

2.

Los medios violentos valen para derribar, para destruir, pero sólo para eso. Para edificar son necesarios los medios pacíficos, para establecer las constituciones sólidas.

3.

En cuanto a fuerza física poseen la superioridad, por mayoría, ellos (cultivadores, fabricantes y negociantes) producen la riqueza, por lo tanto, poseen la fuerza económica. También poseen la superioridad en cuanto a inteligencia, poseen todas las características para pasar de gobernados a gobernantes.

4.

(...) desde sus orígenes no buscaron el mando.

5.

(...) existían dos clases: la que mandaba y la que obedecía.

6.

(...) Así se forma la industria bancaria (...)

7.

(...) de forma que la sociedad de hoy es una nación esencialmente industrial, cuyo gobierno es esencialmente feudal.

8.

La recapitulación del pasado de la sociedad nos ha probado que la clase industrial había adquirido importancia de forma continuada, mientras que las otras la habían perdido continuamente; de aquí que la industrial debe constituirse como la más importante de todas.
La sociedad deberá alcanzar la meta de que la clase más capaz gobierne.
Los trabajos más útiles deben ser los más considerados; por ello, tanto la moral divina como la humana llaman a la clase industrial para desempeñar el papel social principal.
Los legistas y militares deben estar bajo las órdenes de los hombres más capacitados para administrar, porque una sociedad ilustrada no necesita ser administrada, las concepciones directrices deben ser hechas por los hombres más capacitados en administración y entre los industriales están estos.
“Nosotros seremos quienes nos propondremos elevar a los industriales al primer grado de consideración y poder”.

8.

Como resultado hemos llegado a la conclusión de que para pasar del régimen en el cual los industriales están sometidos a los militares, legistas y rentistas, al orden social que deben dirigir los industriales, era indispensable cumplir una condición: la clara concepción de los industriales y hacerles ver esto a los más importantes de ellos, es decir mostrarles cómo emplear todas las capacidades útiles al servicio de la industria y en interés de los productores; por último, hemos reconocido que la empresa de que la sociedad está necesitada no ofrecía más que una dificultad: la de concebir con claridad el sistema industrial; que la dificultad consistía en hallar el medio de acordar el sistema científico, el sistema de educación pública, de religión, de bellas artes, y el de las leyes con el sistema de los industriales; que consistía en hallar el medio para que los sabios, los teólogos, artistas, legistas, militares y los rentistas más capacitados colaborasen en el establecimiento del sistema social más ventajoso para la producción y el más satisfactorio para los productores.

9.

“Se expresa con facilidad lo concebido con claridad”: luego de 45 años considera que se pueden exponer con claridad las ideas.

10.

El sistema industrial está fundado sobre la igualdad perfecta; se opone al establecimiento de todo derecho de nacimiento y privilegios.
*

20.5.10

Catecismo Industrial, extractos

*
Las negrillas, sangrías, alguna numeración, paréntesis con puntos suspensivos, separación y supresión de algunos párrafos son nuestros para efectos de estudio. Y este comentario inicial también: nótese que Saint Simon se refería a que la clase de los industriales debería gobernar. Esta clase es una clase productiva de valores de uso, no es una burocracia política, por el contrario Saint Simon sostiene que la burocracia política no debe gobernar. La clase industrial no debe estar sometida a legistas, militares y rentistas. Saint Simon vive el paso del feudalismo al capitalismo pero a diferencia de Smith, ataca el liberalismo burgués proponiendo una dirección industrial productiva, una clase más capaz.

Tomado de:

Un industrial es un hombre que trabaja en producir o poner al alcance de los miembros de la sociedad uno o varios medios materiales de satisfacer sus necesidades o gustos físicos y forman 3 grupos cultivadores, fabricantes y negociantes.

Deberían ocupar el primer rango porque son lo más importante, porque subsiste por sí misma. Las otras clases deberían trabajar para ella, todo debe hacerse para la industria.

En la actual organización social ocupan el último lugar, se les da mayor importancia a ociosos y otras actividades de menor utilidad.

En este catecismo propone indicar a los industriales los medios para aumentar en un máximo su bienestar, los medios que deben conocer para acrecentar su importancia social.

Por una parte presentarles el cuadro de su verdadera situación social, muy inferior a lo que debe ser puesto que son los más capaces.

Y por otra parte trazarles la marcha a seguir para situarse en el primer rango, bajo el aspecto de la consideración y del poder.

Antes de la revolución había tres clases nobles, burgueses e industriales, de los cuales nobles e industriales les pagaban a los nobles, pos revolución los industriales pagan a nobles y burgueses.

Los medios violentos valen para derribar, para destruir, pero sólo para eso. Para edificar son necesarios los medios pacíficos, para establecer las constituciones sólidas.

Ellos son esencialmente pacíficos, no fueron los industriales quienes hicieron la revolución, sino los burgueses, es decir: los militares que no eran nobles, los legistas plebeyos, los rentistas que carecían de privilegios.

Los industriales saben que son los más capaces de dirigir como es debido los intereses económicos de la nación, pero no llevan hacia delante esta idea por temor a perturbar la tranquilidad momentáneamente.

Ellos sólo emplearán medios pacíficos de discusión, persuasión y demostración para hacer salir a nobles, militares, legistas, rentistas y funcionarios públicos de la administración y hacer salir de ellos la alta dirección de la riqueza pública.

En cuanto a fuerza física poseen la superioridad, por mayoría, ellos producen la riqueza, por lo tanto, poseen la fuerza económica. También poseen la superioridad en cuanto a inteligencia, poseen todas las características para pasar de gobernados a gobernantes.

4 partes o épocas:

1.Desde el establecimiento de los francos en las Galias hasta la primera Cruzada.
2.Desde la primera cruzada al reinado de Luis XI.
3.Desde el reinado de Luis XI hasta el reinado de Luis XIV, ambos comprendidos.
4.Desde el reinado de Luis XIV hasta el establecimiento del sistema de crédito.

Tras estos hechos está lo que acontece a la clase industrial.

1. Desde el establecimiento de los francos en Galias a la primera cruzada tuvo lugar una operación política importante, la formación de la nación francesa compuesta de francos (jefes militares de la nación y directores del trabajo industrial: casi todas las tierras les pertenecían, eran aristócratas) y galos.

2.Desde la primera cruzada al reinado de Luis XI, las cruzadas ocasionaron derroches muy considerables a los aristócratas, es decir, a los francos: sus ingresos resultaron insuficientes para satisfacerlos, así se vieron obligados a vender franquicias a los galos que pudieran pagarlas. Los galos que las compraron fueron los artesanos que habían tenido, más que los otros, ocasiones y medios para hacerse con un patrimonio.

También vendieron tierras a los galos y así las cruzadas determinaron la formación de la clase industrial en cuanto a clase distinta de la militar, compuesta por 3 estamentos:

◦Galos propietarios de tierras, cultivadores y no militares.

◦Artesanos que consiguieron la libertad y que se han reunido en las ciudades.

◦Negociantes que importaban a Francia los tejidos fabricados en Asia y que hacían circular por el país los objetos de fabricación francesa.



(3.) En el siglo XV la realeza había adquirido mucha fuerza en comparación a la época de la conquista de las Galias por los francos. Luis XI al subir al trono reconoció que la realeza era una institución política aún precaria, él concibió el proyecto de concentrar todo el poder soberano en la realeza, de anular la supremacía de los francos sobre los galos, de destruir el sistema feudal, de suprimir la institución de la nobleza y de constituirse en rey de los galos en lugar de ser jefe de los francos para triunfar en tal proyecto le era preciso combinar su autoridad con los intereses de una clase lo bastante fuerte para asegurarle el éxito: se alió a los industriales.

(...) Los industriales deseaban que el poder soberano estuviese concentrado en manos de la realeza, porque éste era el único medio de suprimir los obstáculos con los cuales se enfrentaba el comercio interior de Francia, aceptaron la alanza con la realeza y desde aquella época han estado ligados a ella. Luis XI fue el fundador de la alianza industriales-realeza contra la nobleza, entre el rey y los galos contra los descendientes de los francos en el Siglo XV.

Antes de la corporación de los industriales existían dos clases: la que mandaba y la que obedecía. Cambian el carácter los industriales: desde sus orígenes no buscaron el mando.

(4.) Antes del Siglo XVIII, los cultivadores, los fabricantes y los negociantes se integraban en corporaciones separadas. Fue a final del reinado de Luis XIV cuando los industriales de esas tres ramas grandes de la industria se aliaron financiera y políticamente, gracias a la creación de una nueva especie de industria, cuyos intereses particulares están en acuerdo con el resto de industriales. La nueva formación dio lugar al sistema de crédito.

La protección otorgada por Luis XIV a la fabricación y al comercio había sido causa de notable impulso en estas dos ramas de la industria pero al haber tantas operaciones y grandes debían efectuar sus pagos e ingresos en distintos lugares, entonces el trabajo para saldar las cuentas les ocupaba muchísimo tiempo. Así se forma la industria bancaria, ellos comienzan a encargarse de esas tareas, de los movimientos del dinero. Así crece la fuerza económica de los industriales, incluso mayor a la del gobierno.

Los industriales habían realizado grandes progresos en capacidad, importancia y potencia real, las clases no industriales habían retrocedido en todos los aspectos y sin embargo la realeza continuó eligiendo a los administradores de la riqueza pública entre los miembros de dichas clases.

En 1817 se produce un inconveniente económico por la mala administración de la riqueza pública. Es estas circunstancias, los banqueros propusieron al gobierno que tomase todo el dinero necesario pero como condición:

•Que abandonaran la bárbara conducta financiera, que renunciase para siempre a declararse en quiebra; que alopatía la conducta industrial, es decir, leal; que pagaría íntegramente a todos sus acreedores, fuese cual fuese el origen de la deuda.

•Que este asunto se trataría de banqueros a gobierno de voluntad a voluntad.

Esto fue aceptado, así nació el crédito público. Así caduca el la recapitulación de los progresos industriales desde el establecimiento de los francos en las Galias a nuestros días.

En el presente la economía sigue en manos de los francos, administran la riqueza pública y los descendientes de los francos han conservado la orientación que recibieron de sus antepasados,

de forma que la sociedad de hoy es una nación esencialmente industrial, cuyo gobierno es esencialmente feudal.

Primitivamente la totalidad del territorio había sido repartido por los francos. Por entonces, la potencia soberana estaba relacionada con la propiedad territorial. Cuando los descendientes de los francos se vieron embarcados en las cruzadas se vieron obligados a vender parte de las tierras y así, enajenaban una porción de su soberanía, los nuevos propietarios fuesen quienes fuesen se transformaban en nobles de poca monta. Este es el origen de la tercera sección de la clase intermedia.

Examinaremos su conducta desde el nacimiento a 1789.

Explica que quiere que la clase industrial gobierne, que las demás se subordinen a esta. La época actual es de transición.

El destino político de los industriales los llevará a constituir el primer rango social, los más importantes entre los industriales se encargarán de la riqueza pública, harán la ley y marcarán el rango de las demás clases, de acuerdo a los servicios que cada una haga a los industriales, así la tranquilidad estará asegurada, la prosperidad pública avanzará y la sociedad disfrutará de la felicidad individual y colectiva.

El criterio para fundar esto es:

1.La recapitulación del pasado de la sociedad nos ha probado que la clase industrial había adquirido importancia de forma continuada, mientras que las otras la habían perdido continuamente; de aquí que la industrial debe constituirse como la más importante de todas.

2.La sociedad deberá alcanzar la meta de que la clase más capaz gobierne.

3.Los trabajos más útiles deben ser los más considerados; por ello, tanto la moral divina como la humana llaman a la clase industrial para desempeñar el papel social principal.

4.Los legistas y militares deben estar bajo las órdenes de los hombres más capacitados para administrar, porque una sociedad ilustrada no necesita ser administrada, las concepciones directrices deben ser hechas por los hombres más capacitados en administración y entre los industriales están estos.



“Nosotros seremos quienes nos propondremos elevar a los industriales al primer grado de consideración y poder”.

Durante la Revolución el papel fue virgen, 45 años llevó meditar y preparar aquello.

Como resultado hemos llegado a la conclusión de que para pasar del régimen en el cual los industriales están sometidos a los militares, legistas y rentistas, al orden social que deben dirigir los industriales, era indispensable cumplir una condición: la clara concepción de los industriales y hacerles ver esto a los más importantes de ellos, es decir mostrarles cómo emplear todas las capacidades útiles al servicio de la industria y en interés de los productores; por último, hemos reconocido que la empresa de que la sociedad está necesitada no ofrecía más que una dificultad: la de concebir con claridad el sistema industrial; que la dificultad consistía en hallar el medio de acordar el sistema científico, el sistema de educación pública, de religión, de bellas artes, y el de las leyes con el sistema de los industriales; que consistía en hallar el medio para que los sabios, los teólogos, artistas, legistas, militares y los rentistas más capacitados

colaborasen en el establecimiento del sistema social más ventajoso para la producción y el más satisfactorio para los productores.

(...) “Se expresa con facilidad lo concebido con claridad”: luego de 45 años considera que se pueden exponer con claridad las ideas.

Desde el siglo XV el sistema feudal se ha ido desorganizando; el sistema industrial se ha organizado sucesivamente desde el mismo momento. Una buena conducta por parte de los jefes de los industriales bastará para establecer el sistema industrial y para hacer que la sociedad abandone el edificio feudal habitado por nuestros antepasados.

Una vez organizados los parisinos, será más fácil la organización francesa y europea, en partidos políticos los industriales deben organizarse así se anulará al sistema feudal. El gobierno no podrá oponerse porque son pacíficos y no deben confundirse con liberales, la opinión pública es la reina del mundo y ellos son mayoría.

Resumen: es evidente que el régimen industrial es aquel que puede procurar a los hombres la mayor suma de libertad general e individual, asegurando a la sociedad tranquilidad. Tampoco puede pasarse rutinariamente del régimen feudal al industrial pues son radicalmente distintos incluso opuestos. El primero establece la mayor desigualdad posible, separándolos en dos clases, gobernantes y gobernados, haciendo hereditario el derecho de gobernar y transmitiendo de padres a hijos la obligación de obedecer.

El sistema industrial está fundado sobre la igualdad perfecta; se opone al establecimiento de todo derecho de nacimiento y privilegios.

La moral humana y divina llama a poner esto en práctica. El cambio no es en relación a la realeza sino que tiende a otorgar al rey más tranquilidad y felicidad positiva, el rey será el primer industrial de su reino.

(...)
*

19.1.10

Saint Simon, nota biográfica

*
Las negrillas, citas en bloque y separación de algunos párrafos son nuestros para efectos de estudio.

Tomado de:

http://www.telepolis.com/cgi-bin/web/DISTRITODOCVIEW?url=/1387

CLAUDE HENRI DE ROUVROY

CONDE DE SAINT SIMON


(1760 – 1825)

Contexto histórico-social.

Claude Henri de Rouvroy, Conde de Saint-Simon nació en París el 17 de octubre de 1760, en el seno de una familia aristocrática, descendiente de los condes de Vermandois, quienes afirmaban tener sus orígenes en Carlomagno. Fue educado por los mejores tutores de su época, entre ellos D’ Alembert, quién le despertó el interés por la doctrina enciclopedista.

A los 17 años entró al ejército. Prestó servicio en los regimientos enviados por Francia para ayudar a las colonias americanas en su guerra de independencia contra Inglaterra. Sirvió como capitán de artilleria en Yorktown en 1781. Su participación en estos eventos, donde pudo ver el nacimiento de las instituciones políticas de una república independiente, le produjo una profunda impresión que se plasmará mas tarde en sus teorías utópicas de la sociedad.

Después de dejar el ejército en 1788, pasa un tiempo en España, y de regreso a su país, en 1789, lo sorprende la Revolución Francesa. Sus ideas con respecto a ella, son contradictorias: por un lado a raíz de su orígen aristocrático, se resistía a la desaparición del Antiguo Régimen, pero por el lado de su filosofía, comprende los impedimentos y trabas que este opone al desarrollo industrial y a la economía de la nación.

En lo concreto, apoyó a la Revolución, bregó por la supresión de los derechos de nacimiento e incluso renunció a su título de Conde, lo que no impidió que siguiera siendo considerado un sospechoso por su orígen, y así terminó prisionero en el Palacio de Luxemburgo en 1793, en plena época del Terror.

Antes de ser arrestado, Saint- Simon había emprendido exitosamente negocios especulativos con la compra de tierras, gracias a los cuales, al salir de la cárcel, se encontró inmensamente rico.

Comenzó a llevar una vida espléndida y hasta licenciosa, y se relacionó con las personalidades mas ilustres de la Francia de su tiempo. En esta época comenzó a interesarse vivamente en asuntos científicos y filosóficos.

A lo largo de su vida, desordenada y aventurera, quebró económicamente varias veces y volvió a recuperar lo perdido. Sin embargo, casi al final de su vida, en 1823, quiso suicidarse en un arrebato de desesperación por encontrarse en la miseria y con la salud quebrantada. En este intento fallido perdió un ojo. Los últimos 17 años de su vida, hasta su muerte acaecida el 19 de mayo de 1825, vivió solventado económicamente por un grupo de amigos.

Concepción filosófica y social.

Saint-Simon estudió en la Escuela Politécnica y en la Escuela de Medicina. Su idea de base era constituir un sistema, sintetizando diversas ciencias para lograr através del mismo la solución de los problemas sociales mas importantes. Buscaba unificar las ciencias y reformar la organización social.

Esta idea de organización estaba ligada a

la noción de poder, el cual debía ser detentado por los que tuvieran mas conocimientos dentro de la sociedad.

Estos serían,

no solo los científicos sino también los grandes industriales y banqueros quienes se encargarían de construir un régimen industrial basado en la eficiencia técnica, el bienestar material y la planificación económica. Esta modalidad reemplazaría a los saberes tradicionales, fundados sobre todo en el derecho.

Saint-Simon es heredero de la tradición iluminista, lo que se manifiesta en la identidad que establece entre el poder y el saber para lograr el ideal de la organización social.

Define a la sociedad de su época como dividida en tres sectores: primeramente la clase militar, luego la de los “legistas y metafísicos” y por último

los “burgueses”, propietarios de los capitales y medios de producción.

Frente a estas clases, encontramos la de

los “productores”, que comprende a los industriales, los comerciantes, los campesinos y los obreros.

Afirma que el gobierno debía estar en manos de los sabios, pero aclarando que el poder que les corresponde es espiritual, mientras que el poder temporal debía estar en manos de los propietarios.

Dentro de un contexto histórico signado por el paro y la miseria intenta dar una aplicación práctica a las ideas científicas para lograr una reorganización social.

Proyecta una sociedad cuya vida económica estará centrada en el Estado y la gran industria, administrada científicamente por los mas capaces. El gobierno estaría en manos de banqueros, industriales, y técnicos, mientras que la nobleza y los clérigos debían resignar su poder. Esto determinó que se lo encuadrara dentro del socialismo utópico.

En su obra Memorias sobre la ciencia del hombre, profundiza y sistematiza el concepto de fisiología social, como ciencia de la vida económica y social en general, de la cual los hombres son los principales engranajes. Era una “ciencia del hombre” totalizadora, que debía permanecer por encima de los intereses de las clases y facciones del cuerpo social. Esta idea del “interés general” vuelve a aparecer en su trabajo sobre la reorganización europea, dándole el tono a toda su sociología.

Saint-Simon no utilizó el término sociología, que finalmente fue acuñado por Comte, con quién se vinculo en razón de su visión progresista y científica de la sociedad y de la historia. Se acercó también a la corriente filosófica del positivismo, inaugurada por éste, y que puede resumirse en la exigencia rigurosa de atenerse a la realidad de los hechos, dejando de lado toda metafísica. Los dos trabajaron en estrecha colaboración durante siete años, hasta 1824, cuando se produjo el rompimiento, aparentemente por diferencias de concepción filosófica. Mientras que Saint-Simon, en los últimos años de su vida, se inclina a considerar el nuevo orden social basado en el saber científico y la industrialización como una especie de religión secular, Comte por su lado se reafirma en la idea de la instrumentación de la ciencia en la reorganización de la sociedad y en su filosofía positiva.

Saint-Simon es considerado el padre espiritual de la sociología contemporánea.

Durkheim afirma que ha trazado el plan de una nueva ciencia (la sociología) y ha tratado de realizarlo. Engels no duda en otorgarle un rol primordial en la gestación de la doctrina marxista, encontrando en él “la amplitud de miras del genio”, y considerando que

“casi todas las ideas socialistas ulteriores,con exclusión de las económicas, se encuentran en germen en sus obras” . Sus propuestas sobre la planificación económica y social se adelantaron a su tiempo.

En este sentido, y tal como lo señala Antonio Truyol en el prólogo a De la reorganización de la sociedad europea, (obra publicada en 1814, y escrita en colaboración con su discípulo Agustín Thierry), Saint-Simon es a un tiempo visionario y realista. Aparece en esta ocasión “como un paladín de la organización, y en torno a la idea de la imperiosa necesidad de una Europa unificada se proyecta el conjunto de su filosofía social”. La condición indispensable para que pueda ser posible esta unidad, es “la similitud institucional interna de los diferentes estados, fundada...en el régimen representativo y parlamentario en cuanto forma de gobierno mas perfecta”. “Se trata, bajo otra fórmula...de un principio fundamental de las Comunidades Europeas de los Nueve, condicionante para el ingreso de nuevos miembros”.

La unidad europea que proyecta Saint-Simon no es una confederación de Estados, sino un estado federal, que esté por encima de los intereses de los Estados particulares, como un “órgano competente para hacer que prevalezca el parlamento europeo, supranacional por definición”. Se advierte que “por lo que atañe a la construcción europea, las sugerencias de Saint-Simon cumplen una misión precursora...”

(Entrecomillado: A. Truyol,op.cit. prólogo)

Se transcriben a continuación fragmentos del corolario de De la reorganización...

...Hubiese sido deseable, sin duda, que el proyecto de reorganización de la sociedad europea hubiese sido concebido por uno de los soberanos mas poderosos, o por lo menos por un hombre de estado ducho en los negocios, y célebre por sus talentos en política. Este proyecto, sostenido por un gran poder, o por un gran renombre, hubiese mas prontamente atraído los espíritus; pero la debilidad de la inteligencia humana no permitía a las cosas seguir este tren.

...Después de grandes esfuerzos y grandes trabajos, me he colocado en el punto de vista del interés común de los pueblos europeos. Este punto es el único desde el cual se pueda percibir los males que nos amenazan y los medios de evitar esos males. Que los que dirigen los asuntos se eleven a la misma altura que yo, y todos verán lo que yo he visto.

Las divisiones de la opinión pública proceden de que cada uno tiene puntos de vista demasiado circunscritos, y no se atreve a alejarse del punto que se ha fijado, y de donde se obstina en considerar las cosas.

Para los espíritus rectos no hay mas que una manera de razonar, para ellos también hay una sola manera de ver si consideran el mismo lado de las cosas. Si hombres que tienen la misma nobleza de sentimientos, la misma rectitud de juicio, el mismo amor al bien público, el mismo apego al rey, tienen opiniones tan contrarias, es que cada uno tiene su punto de vista propio que no quiere dejar. Que se eleven mas arriba, que se paren donde he tratado de situar los espíritus, y todas las opiniones se fundirán en una sola.

...Vendrá sin duda un tiempo en que todos los pueblos de Europa sentirán que hace falta regular los puntos de interés general antes de descender a los intereses nacionales; entonces los males comenzarán a hacerse menores, los disturbios a aplacarse, las guerras a apagarse; a ir allí tendemos sin cesar, nos lleva el curso del espíritu humano. Pero, ¿qué es mas digno de la prudencia del hombre, arrastrase o correr hacia alli?...

En los años subsiguientes a su muerte, sus discípulos dieron a conocer su mensaje al mundo. Alrededor de 1826 comenzó a crecer un movimiento que propagó sus ideas y ya en 1828 los saintsimonianos se reunían en París y en las principales ciudades francesas. La Revolución de 1830 en Francia significó una oportunidad para los saintsimonianos, quienes realizaron una proclama demandando la comunidad de los bienes, la abolición de los derechos hereditarios y el voto de las mujeres. El grupo incluía a muchos de los jóvenes intelectuales mas prominentes de la época. En los años siguientes, sin embargo, debido a las discrepancias entre los líderes del movimiento, este se fragmentó y terminó por disolverse.

Obras de Saint-Simon

Cartas de un habitante de Ginebra a sus contemporáneos. En Cepeda, Alfredo: Los utopistas. Hemisferio.Buenos Aires, 1950. (Escrita en 1802)

Ensayo sobre la organización social. (Escrita en 1804)

Introducción a los trabajos científicos del siglo XIX. (De 1808)

Carta al Bureau des Longitudes. (De 1808)

La historia del hombre. (De 1810)

Memorias acerca de la ciencia del hombre. (De 1813)

Trabajo sobre la gravitación universal. (De 1813)

El organizador. (1819-20)

El sistema industrial. (de 1821)

Catecismo de los industriales. Buenos Aires, Aguilar, 1960

Nuevo Cristianismo . Les livres francais, s.d.

La corte de Luis XIV. Paris. Nelson, s.d.

El liberalismo y el industrialismo. Partido Revolucionario Institucional. Materiales de cultura y divulgación. Política clásica. CEN. s.d.

De la reorganización de la sociedad europea. Instituto de Estudios Políticos. Madrid, 1975. (En colaboración con Thierry, Agustín)
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17.1.10

Citas de Saint Simon

*
Tomado de:

http://www.eumed.net/cursecon/economistas/textos/Saint-Simon-Liberalismo-Industrialismo.htm

"...el único medio de establecer una orden de cosas sosegado y estable consiste en encargar de la alta administración de la riqueza pública a aquellos que contribuyen con más dinero al tesoro público y retiran menos de él."

Tomado de:

http://www.une.edu.py/maestriacs/saint_simon_nuevo_cristianismo.pdf

"La nueva organización Cristiana deducirá las instituciones temporales, así como las instituciones espirituales,

del principio de que todos los hombres deben comportarse como hermanos los unos respecto a los otros.

Impulsaran a todas las instituciones, sea cual fuere su naturaleza, hacia el aumento del bienestar de la clase más pobre".
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29.12.09

Sain Simon: Religión y Ciencia

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Las negrillas, citas en bloque y separación de algunos párafos son nuestos ara efectos de estudio.

Tomado de:

http://www.eumed.net/cursecon/textos/Sieveking/s4.1.htm

Heinrich Sieveking, Historia de la Economía

CAPÍTULO IV

Socialismo y Capitalismo

La revolución política y económica había trastornado, desde fines del siglo XVIII, las viejas organizaciones de la propiedad de la tierra, de la economía municipal y de la reglamentación estataI. Durante un periodo todo pareció estribar en la consecución de la libertad económica. Pero ya durante el transcurso de la Revolución francesa pudo verse la imposibilidad de realizar aquella concepción. Fue preciso crear nuevas organizaciones, y mientras unas de ellas aspiraban simplemente a restablecer lo antiguo, otras iban en busca de nuevas formas de la sociedad. De ahí otra vez la necesidad de una nueva trabazón, ya sea por medio de corporaciones o de poderes autoritarios, y el desarrollo del capitalismo moderno llevó a situaciones de dependencia que han sido designadas, no sin razón, como una nueva modalidad de sujeción.

1. Saint-Simon y el Saint-Simonismo

El conde Henri de Saint-Simon, nacido en 1760, descendía de una noble familia francesa cuyos orígenes se remontaban a Carlomagno. Como su antepasado desde el puesto de Regente, así también Saint-Simon soñó con renovar el mundo como filósofo. Rico y encumbrado antes de la Revolución, después de una agitada vida de aventuras lo perdió todo en aquella inmensa convulsión, pero logró crearse una nueva fortuna por medio de especulaciones comerciales, que invirtió en el estudio de la vida y de la ciencia.

En sus Lettres d'un habitant de Genève (1802) se siente llamado a fundar una nueva religión. La medieval era insuficiente porque no se fundamentaba sobre la ciencia; por eso la nueva debía apoyarse en los principios de Newton. Saint-Simon se proponía fundar una nueva Science genérale. Esta orientación físicopolítica pretende aplicar a la sociedad humana el método científiconatural. Saint-Simon propone una nueva organización de la colectividad:

«El poder espiritual en manos de los sabios; el poder temporal en manos de los propietarios; el poder de designar a los llamados a cumplir los deberes de los grandes dirigentes de la humanidad, en manos de todos». En la nueva estructuración las mujeres disfrutarían de los mismos derechos que los hombres.

En 1819 Saint-Simon, en el Organisateur, publicó la parábola política en que

manifestaba su creencia de que si Francia perdía sus 3000 artistas, sabios e industriales más eminentes, sufriría una pérdida que difícilmente podría repararse en una generación, en tanto que el Estado nada sufriría de la desaparición de 30.000 hombres pertenecientes a las clases de los cortesanos, dignatarios eclesiásticos y civiles, funcionarios oficiales y de 10.000 terratenientes nobles, todos los cuales podrían ser reemplazados fácilmente.

Sus obras maestras son Catèchisme des Industriels (1823) y el Nouveau Christianisme, que apareció en el mismo año de su muerte (1825). Estas obras se caracterizan por su filosofía de la Historia, que hace justicia a los fundamentos económicos de las clases que absorben el poder: En la Edad Media dominaron los guerreros y los sacerdotes; unos y otros fueron suplantados por los banqueros y legistas, quienes, sin embargo, no aportaron ninguna nueva organización, sino que, en su egoísmo, se limitaron a gritar a los antiguos señores: «Quítate tú de ahí, para que me ponga yo». El Poder debiera pertenecer a los industriales, integrados, en la opinión del filósofo, por los sabios, empresarios y obreros. La nueva época que ellos iniciaban sería a la vez la época de una nueva fe, en la que, superando el dogma medieval y el protestantismo, se realizaría en este mundo la fraternidad.

Como Quesnay, también Saint-Simon encontró entusiastas discípulos en los últimos años de su existencia. Cierto es que el principal de ellos en el aspecto económico, Augusto Comte, nacido en Montpellier en 1798, le abandonó en 1823 por no haber sido estampado su nombre en el Catèchisme des Industriels, como colaborador. Comte se asignó por finalidad la perfección de la Ciencia y se declaró contrario a la revelación y a la organización jerárquica de los discípulos saint-simonistas. Entre 1830 y 1842 compuso su Cours de Philosophie positive, cuyo sexto y último volumen contiene la Sociología. Comte, como Saint-Simon, aspiraba a una nueva organización, espiritual y jurídica, de la sociedad. Consideróse el fundador de una nueva época del Positivismo, cuyos divulgadores habían de ser los industriales, del mismo modo que los sacerdotes habían sido los depositarios de la época teológica y los legistas lo habían sido de la metafísica. El dogma del Positivismo debía descansar sobre leyes naturales. El positivista subordinaría el análisis a la síntesis, el progreso al orden, el egoísmo al amor. A partir de 1845 lanzóse Comte a extravagantes intentos examinados a instaurar un nuevo culto en el cual asignaba a su amante Clotilde el papel de patrona de la Humanidad, reservándose para sí propio la dignidad de Gran sacerdote. Comte murió en 1857.

En el año 1888, muerto ya el Maestro, los saint-simonistas se unieron bajo los auspicios de Bazard y Enfantin. Bazard se preocupó ante todo de terminar el edificio histórico de Saint-Simon. En la revolución de Julio, los saint-simonistas se distinguieron por su demanda de supresión del derecho de herencia. Bazard y Enfantin se separaron cuando éste reclamó la emancipación de la carne. La secta, en la que Enfantin, como Père suprême, quería asociarse una Mère suprême, fué disuelta en 1832 por mandato judicial, sin que los dirigentes se desconcertaran en sus proyectos. Paralelamente a la especulación religiosa se movían objetivos prácticos; así Enfantin quería, en 1833, emprender la excavación del canal de Suez a base de una cooperación fraternal. Opinaba que para ello no se necesitaban los millones ingleses, sino que había bastante con el entusiasmo que en otro tiempo había provocado la guerra.

Como los fisiócratas, Saint-Simon tenía la mirada fija en Inglaterra. La Constitución británica, a la cual debía el país el pudor y la libertad, le parecía ideal.

Pero mientras a los fisiócratas les preocuparon los problemas de la agricultura, los saint-simonistas se ocuparon con preferencia de las cuestiones de la industria y su organización. El Saint-Simonismo no era hostil al capital. Únicamente quería que éste no favoreciese sólo al individuo, sino a todo el cuerpo social. El mismo Buchez, que puso de manifiesto la oposición de clases y la explotación de los trabajadores por los poseedores de los instrumentos de producción, intentó fundir sus asociaciones productoras de trabajadores con la filantropía de los corazones burgueses y ricachones. Destacados saint-simonistas fueron organizadores de la economía capitalista bajo el segundo Imperio; entre ellos sobresalen los hermanos Pereire, los fundadores del Crédit Mobilier. El propio Enfantin fué director de una Compañía ferroviaria de Lyon.

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