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¿Qué tiene que ver que un Presidente sea "pobre" con la construcción del Socialismo? Tiene que ver mucho.
Lenin sostenía que un funcionario público del partido bolchevique no debería ganar más que un obrero calificado.
Ha tenido que pasar casi un siglo desde la afirmación de Lenin, contando en el período el derrumbe del socialismo estatizantemente centralizado de la URSS para que el movimiento socialista mundial empiece a entender la importancia de este punto.
Pareciera que para construir el socialismo es un requisito ser austero. Para mantener el capitalismo, no. Se puede ser o no ser austero. Han existido dictadores militares "austeros" como el General Maximiliano Hernández Martínez en El Salvador.
En la doctrina y teoría revolucionaria del socialismo se sostiene que existe una tendencia histórica, inevitable, del desarrollo social hacia la disolución del Estado en el largo plazo. El Estado dejará de ser fuente de privilegios económicos, como es el caso de los políticos, sirvientes de la burguesía, concientes o no de tal servidumbre. El Estado será permanente, no tenderá o dilatará su disolución, en tanto sea una fuente de diferenciación económica y social parasitaria, para individuos o grupos sociales.
Saint Simon, el primer socialista "utópico" (?) francés perdura en sus planteamientos. Saint Simon sostenía que deberían gobernar en el mundo "aquellos que dan mucho y sacan poco del Estado" y que hay que derrocar el poder de "aquellos que dan poco y sacan mucho del Estado".
Conforme avanza la capacidad productiva de la humanidad, los bienes creados cubren las necesidades de cada ser humano con más solvencia en cuanto a cantidad y calidad. Esta es una de las razones además de una moralidad superior como la de Saint Simon, que posibilita que el Presidente de una República, en el mundo de hoy, pueda vivir modestamente, con el salario de un obrero calificado.
Desde luego que para tener un Presidente que de mucho y saque poco del Estado, que viva con el salario de un obrero calificado, no solamente la persona debe tener una superioridad moral evidente, sino también, sus conciudadanos deben tenerla, al menos una gran cantidad de ellos. Es el caso de un país latinoamericano, de los más cultos en el subcontinente, Uruguay. Parece que se requiere un nivel cultural superior, para apreciar la dimensión histórica de un Presidente, que es calificado por la prensa mundial como el más pobre del mundo. Seguramente se necesita al menos una intuición cultural para entender que un Presidente de esta naturaleza no solamente refleja altos niveles de honradez personal, sino que también conecta y concreta siglos de historia y de geografía. Es un Presidente que sigue los preceptos de Saint Simon y de Lenin. Conecta la Revolución de Francia con la de Rusia y a estas con el proceso revolucionario y evolucionario en Uruguay. Y el proceso político en Uruguay con el resto de países de América Latina, hasta por la vía del ejemplo personal.
Desde esta perspectiva, no es el Presidente más pobre del mundo, como dice la prensa que valora más el dinero que la historia, sino el más rico del mundo. El Socialismo, la nueva sociedad, el sueño, la "utopía" sigue viva. Y con granos de maíz, como dice el libro sagrado de los Mayas, el Popol Vuh. En un hombre que se alimenta de maíz que trajeron los Dioses. El maíz de la consecuencia con los principios personales. En realidad este hombre tiene una gran riqueza. Tiene un comportamiento envidiable, emulable y por el momento es muy difícil que alguno de los presidentes del mundo pueda ponerse a su altura en este punto. Y es una riqueza personal auténtica, no es un comportamiento para una campaña electoral, no parece ser, es. Y todo indica que mantendrá su comportamiento: su consecuencia, su trayectoria, sus perspectivas. Probablemente más importante que la donación casi total de su salario, sea el hecho de que "nos ha devuelto la confianza en la política", como decía una persona comentando la noticia de su "pobreza". Y es determinante para quienes luchan y creen en una sociedad sin clases sociales, que esta devolución de la confianza en la política, provenga de un político socialista. Es una contribución universal a la práctica y al pensamiento del socialismo. "Creo en el socialismo, pero no en el estatismo", afirma este Presidente. Es el Presidente de Uruguay, ya lo dijimos. Se llama José Mujica, lo conocen como Pepe.
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