"Estos dos grandes descubrimientos: la concepción materialista de la historia y la revelación del secreto de la producción capitalista, mediante la plusvalía, se los debemos a Marx. Gracias a ellos, el socialismo se convierte en una ciencia, que sólo nos queda por desarrollar en todos sus detalles y concatenaciones." Federico Engels, Del Socialismo Utópico al Socialismo Científico.

23.10.11

Manifiesto de los Plebeyos, un fragmento

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En este fragmento del "Manifiesto de los Plebeyos" (30 de noviembre de 1795) de Graco Babeuf, se puede identificar tres planteamientos, que podrían considerarse vigentes en el proceso de conducción política del movimiento socialista:

1. Educar al pueblo diciéndole la verdad. Difundirla, propagandizarla. Educar al pueblo en la defensa de sus intereses.

2. Ocultarle la verdad al pueblo posibilita la organización de los tiranos y las dictaduras.

3. Educar al pueblo significa fijarle objetivos de toma del poder.

He aquí el fragmento:

“Lejos de los defensores del pueblo, lejos del pueblo mismo, esta diplomacia, esta pretendida prudencia maquiavélica, esta política hipócrita que no es buena más que para los tiranos, y que en estos últimos tiempos emplean los patriotas, les ha hecho perder los frutos más bellos de la victoria del 13 Vendimiario.

Reflexiones, fundadas sobre todos los ejemplos, me han dado la convicción, de que,
en un estado popular, la verdad debe aparecer siempre clara y desnuda. Siempre hay que decirla, hacerla pública, hacer al pueblo entero confidente de cuanto concierne a sus intereses más importantes.
Las circunspecciones, los disimulos, los apartes, entre las camarillas de hombres selectos y pretendidos reguladores,
no sirven más que para matar la energía, falsificar la opinión, hacerla fluctuante, incierta, y, de ahí, despreocupada y servil, y dar así facilidades a la tiranía que puede organizarse sin obstáculos.
Eternamente convencido de que nada grande se puede hacer sin contar con el pueblo, creo que es necesario, para hacerlo, decirle todo, mostrarle sin cesar lo que hay que hacer, y temer menos los inconvenientes de la publicidad de que disfruta la política, y contar más con las ventajas de la fuerza colosal que evita las trampas de la política...
Hay que calcular toda la fuerza que se pierde dejando a la opinión en la apatía, sin alimento y sin objetivo, y todo lo que se gana activándola, esclareciéndola y mostrándole un objetivo.”
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21.10.11

Babeuf, fundador del Comunismo Contemporáneo

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Las negrillas, sangrías, separación de algunos párrafos son nuestros para efectos de estudio.

Tomado de:


François Noël Babeuf

(Llamado Gracus) Político francés de la época de la Revolución (San Quintín, 1760 - Vendôme, 1797).
Se dio a conocer en 1789 con la propuesta de reforma fiscal igualitaria contenida en su proyecto de «catastro perpetuo».
A lo largo de la Revolución ocupó cargos en la nueva administración, mientras iba perfilando su pensamiento radical hasta llegar a una formulación comunista:
para hacer realidad la soberanía nacional veía necesario abolir las clases sociales y la propiedad privada, organizando la sociedad sobre la base del trabajo en común.
Una revolución social debía completar la revolución política realizada desde 1789,
aunque para ello fuera necesario emplear la violencia y pasar por un periodo de dictadura.
Con tales ideas representó una oposición de izquierdas contra Robespierre y la dictadura del Comité de Salvación Pública.
Siguió luchando contra la «reacción thermidoriana» (1794-95) y contra el Directorio implantado en 1795; pero ahora apoyado por el Club del Panteón (organización política que reunía a antiguos jacobinos y víctimas de la reacción), un periódico propio (El Tribuno del Pueblo, 1794-96) y una red de asociaciones babuvistas extendida por toda Francia.
Los babuvistas subrayaban las limitaciones y contradicciones de una Revolución que sólo había beneficiado a una nueva clase de privilegiados y que regresaba por entonces, paulatinamente, hacia posiciones conservadoras.

En febrero de 1796 Napoleón Bonaparte cerró el Club por orden del Directorio.
Privado de medios legales de acción, Babeuf creó un Comité de Insurrección secreto y lanzó una campaña de propaganda a base de carteles y canciones destinadas a agitar el descontento de las clases populares por la situación económica.
No obstante, la campaña no caló mucho entre las masas populares de París, pues sus miembros más activos (los sans-culottes) seguían apegados a la defensa de la pequeña propiedad y eran poco propensos a ideales de tipo comunista.

La culminación de la campaña debía ser la planeada Conspiración de los Iguales (primavera de 1796), que pretendía derrocar al Directorio y poner en vigor la Constitución de 1793 (texto democrático que nunca había sido aplicado). Pero una delación puso la conspiración al descubierto, sus líderes fueron detenidos antes de actuar, juzgados y condenados, muriendo en la guillotina Babeuf y Darthé (uno de los dirigentes del Club del Panteón).
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